A la hora de vender una vivienda, si esta además es heredada, puede complicar los trámites a llevar a cabo para sacarla al mercado. Desde Fotocasa han elaborado una guía con los pasos que los herederos deben seguir para poner en venta la casa, qué documentación deben tener y qué impuestos hay que pagar.

Para no tener problemas a la hora de recibir la vivienda heredada correctamente, el primer paso corresponde al trámite relacionado con el certificado de defunción, donde se acredita el fallecimiento de la persona que deja la herencia, y que se obtiene, sin coste alguno, acudiendo al Registro Civil.

También es necesario contar con el certificado de últimas voluntades, que se puede solicitar al Ministerio de Justicia en un plazo de 15 días después del fallecimiento y tarda 10 días hábiles, con un coste de 3,86 euros.

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Por otro lado, para poder repartir los bienes y derechos es clave contar con una copia del testamento, si lo hubiera, que se puede solicitar al notario que aparece en el certificado de últimas voluntades, y cuyo coste no suele superar los 40 euros.

Con estos tres documentos en mano, lo siguiente es firmar la herencia ante el notario, un trámite que cuesta entre los 300 hasta los 3.000 euros, en función de si solo hay un heredero único o hay que firmar la escritura de partición. Sin testamento, el notario se basará en la ley para determinar quiénes son los herederos de los bienes del fallecido.

Asimismo, y con la herencia ya aceptada, hay dos gravámenes que pagar: el Impuesto de Sucesiones y Donaciones y la Plusvalía municipal, cuyo coste dependerá de la comunidad autónoma y del ayuntamiento, respectivamente.

Antes de poner la vivienda a la venta, el paso a seguir es inscribir el inmueble en el Registro de la Propiedad, cuyo coste oscila entre los 200 y 500 euros y para el que hay que presentar todos los certificados anteriores, escrituras y justificantes de haber pagado los impuestos, así como la copia del DNI de los herederos y de la persona fallecida.

El siguiente trámite es poner la vivienda a la venta, para lo que se recomienda la gestión de un profesional inmobiliario.

Después de haber vendido la casa heredada, hay que volver a pagar impuestos por la compraventa del inmueble, como el IRPF en la siguiente campaña de la Renta y, de nuevo, la plusvalía municipal.