Después de que a finales de abril se firmase el protocolo de actuación con el Ayuntamiento de Madrid, los encargados de la Comisión Gestora de la Nueva Centralidad del Este (NCE) han presentado más detalles sobre el nuevo proyecto de renovación urbanístico que pretende convertirse en el mayor "hub" de innovación de la Comunidad de Madrid.
Siguiendo la línea de naturalización de la ciudad del Bosque Metropolitano, este nuevo proyecto se presenta como un motor económico, tecnológico y de conocimiento fusionado con la naturaleza y otras actividades económicas como universidades y centros tecnológicos.
La zona Norte se compondrá de zonas destinadas a la tecnología, con campus universitarios y edificios que se integran en la naturaleza que continúa el bosque metropolitano al más puro estilo del Stanford Research Park en Palo Alto (California). Por otro lado, la zona Este, que recorrerá el sector de Norte a Sur, estará destinado a actividades económicas tecnológicas y de I+D+i que también se mezclarán con el entorno natural.
Además, el proyecto de la Nueva Centralidad del Este contempla zonas completamente accesibles para medios de transporte sostenibles gracias a los viarios de la red de preferencia de los peatones y bicicletas. Todo esto en los cerca de seis millones de m2 que ocupará en el distrito de San Blas, junto a la M-40 y el estadio Wanda Metropolitano.
Madrid, cuna del urbanismo del futuro
Desde 2021 parece ser que cada vez está más claro que la Comunidad de Madrid quiere ser la región española que lidere el gasto en I+D+i, habiendo destinado 4.536 millones de euros a inversiones en I+D (un 1,9 por ciento del PIB, cifra muy superior a la media española que se sitúa en el 1,2).
No obstante, con la Nueva Centralidad del Este, no solo se plantean crear un lugar de trabajo y un área más de conocimiento en la capital, se pretende crear una oferta de actividades lo suficientemente amplia como para satisfacer las necesidades diarias de los usuarios de la misma.
El proyecto tiene como objetivo impulsar la innovación y el desarrollo tecnológico a través de empresas y centros de estudio como las universidades y el campus previsto, así como desarrollar programas de incubación de empresas y la configuración de "hubs" especializados en tecnología, biomedicina, inteligencia artificial, agrotecnología y energías limpias, entre otros.
Para lograrlo, se prevé realizar una inversión de entre 1.900 millones y 2.600 millones de euros que se estima que tendría un impacto económico de entre 1.300 millones y 1.750 millones sobre el PIB, además de atraer entre 26.700 y 36.300 empleos, tal y como recoge La Razón.
La zona Norte, al tratarse de la zona más afectada por las limitaciones de alturas relacionadas con las afecciones aeronáuticas, pretende albergar un campus de baja densidad, una zona de actividad tecnológica en la que los edificios universitarios se combinen con las zonas verdes del bosque metropolitano.
En la zona que atraviesa de forma trasversal el nuevo sector, se situarán dos ejes de usos mixtos que se destinará en un 30 por ciento a la actividad económica. Además, en este área sí que encontraremos una mayor edificabilidad y más altura de los edificios.
En cuanto a la zona Este, que recorrerá esta nueva zona de Norte a Sur, contará con edificios lineales con una cara abierta hacia el Oeste (hacia la nueva zona) y actuando de pantalla frente a las vistas y el ruido de la estación de Vicálvaro, las vías férreas y el cementerio que se sitúan al lado.
Esta zona también aprovechará que no hay restricciones de altura para ir creciendo en dirección al cielo y aumentar la densidad, al puro estilo del Ámsterdan Science Park.
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