Las familias madrileñas a las que atendió Cáritas en 2022 aumentaron en un 20%, según los datos mostrados este martes por la organización en su Memoria anual.  Los gastos de la vivienda se sitúan como la principal necesidad a la que tuvieron que hacer frente estas personas.

Cáritas atendió a 120.000 personas que se encontraban en situación de vulnerabilidad. Casi 20.000 más que en 2021, donde se prestó ayuda a 100.448 personas. La organización dedicó el año pasado más de 41 millones euros. Unas 26.966 ayudas monetarias se repartieron con un importe de 7.356.4578 euros, un 34% más que en 2021. De este total, el 65% se tuvo que destinar a la vivienda, un 25% para necesidades básicas y un 10% para otros gastos. La guerra en Ucrania, la llegada de personas migrantes y la inflación, que ha generado que los precios de los productos y de los servicios, han influido y condicionado el año.

"Muchas de las familias que llegan a Cáritas nunca van a poder acceder a una vivienda privada, porque no cumplen las condiciones. Hemos visto casos en que a una familia iba a solicitar un alquiler privado y les han dicho que no solo por ser africanos, a pesar de que contaban con el aval de Cáritas", exponía el director de Cáritas Madrid, Luis Hernández Vozmediano. "Es necesario tener más vivienda social", añadía.

"Aunque Madrid es una de las comunidades más ricas de España, existe una importante desigualdad entre las personas con más oportunidades y aquellas que se encuentran en situación de exclusión social, sin un acceso efectivo a derechos como la vivienda, la alimentación o unos ingresos mínimos", explica el director de Cáritas Madrid.

Nuevo perfil de las personas vulnerables

Desde la asociación han observado que el perfil de las personas que acuden a solicitar ayuda ha ido cambiando. Un 55% tenía estudios superiores y Bachillerato. También han aumentado el número de demandantes que tienen un trabajo, pero que solo con sus ingresos no puede mantenerse. "Ahora recibimos más personas mayores de 55 años, jóvenes buscando oportunidades, familias monoparentales y personas con mayor capacitación", añadía José Blanco, uno de los más de los 8.000 voluntarios de Cáritas.

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Además de la atención directa, la organización también se ha ocupado del acompañamiento de estas personas y de ofrecer nuevas respuestas ante las necesidades emergentes. Durante 2022 se han puesto en marcha proyectos como el de la casa familiar Santa Zita, un proyecto de vivienda compartida para familias monoparentales, sobre todo mujeres con hijos desempleadas y sin vivienda. El Hogar Isaías se ha abierto para acoger a aquellas personas sin hogar mayores de 55 años. También se han activado planes para atender a los jóvenes vulnerables y a las personas con problemas de salud mental.

El director de Cáritas Madrid, Luis Hernández Vozmediano, reclamabala necesidad de colaboración y entendimiento entre las diferentes administraciones (estado central, comunidades autónomas y municipios) para poder hacer frente a los problemas que soportan todas estas personas: "Que se pongan de acuerdo las 3 administraciones, es frecuente que cuando vas a plantear algo te digan que no es de su competencia".