Acceder a un puesto de trabajo para las personas con discapacidad supone una carrera de obstáculos, barreras y discriminaciones, pues según datos del INE, solo el 8% de los jóvenes con discapacidad intelectual que viven en España tiene trabajo. Se trata, además, de la principal preocupación de futuro para 8 de cada 10 jóvenes con discapacidad.

No es de extrañar, ya que a las personas con algún tipo de discapacidad les resulta mucho más complicado encontrar un trabajo. 

La inserción laboral de las personas con discapacidad intelectual suele resultar complicada por la imagen que podemos tener de estas personas, muchas veces por desconocimiento, pero lo cierto es que aportan muchas capacidades a las empresas. 

Para que esta realidad cambie, las empresas deben cambiar su percepción hacia las personas con discapacidad, pues incorporarlas en una empresa tiene muchos beneficios, como desarrollar una mirada distinta y aprender a valorar las capacidades de todos los trabajadores. Así, se convierten en organizaciones con mayor responsabilidad social y desarrollan actitudes positivas hacia la discapacidad.

El reto casi imposible de trabajar para los jóvenes con discapacidad intelectual: menos de 1 de cada 10 tienen empleo