Guardianes de la Galaxia y los mecanismos que tiene la evolución

'Guardianes de la galaxia: Volumen 3'
'Guardianes de la galaxia: Volumen 3'
Cinemanía
'Guardianes de la galaxia: Volumen 3'
Guardianes de la Galaxia está pegando fuerte en los cines con el reciente estreno de su tercera entrega.
Wochit

Guardianes de la Galaxia está pegando fuerte en los cines con el reciente estreno de su tercera entrega. Según las críticas, es de lo mejorcito que ha sacado Marvel en mucho tiempo y es que últimamente la franquicia flaqueaba en sus novedades con películas un tanto flojas y series que, aunque entretenidas, se sentían algo inconexas entre sí y con el resto del UCM (Universo Cinematográfico de Marvel). Por todo ello, nos arriesgamos a decir que desde 'Avengers: Endgame' (2019) los fans no se lo pasaban tan bien viendo a sus superhéroes favoritos en la gran pantalla.

La fórmula del éxito de Guardianes de la Galaxia es sencilla, seguir haciendo lo que mejor saben: Aventuras propias, es decir, enredos que tienen que ver con sus propios protagonistas, aunque lo suficientemente relevantes galácticamente hablando; grandes dosis de humor de unos personajes de lo más variopintos y una banda sonora con carácter ochentero. ¡No es broma! Ese sencillo toque es una de las claves más atrayentes de esta saga. No es lo mismo vivir una batalla épica sin más, como en cualquier historia de acción que se precie, que hacerlo al ritmo de 'Hooked on a feeling' de Blue Swede; es otro nivel.

En esta nueva entrega ahondamos por fin en el pasado y origen uno de los personajes más queridos del equipo de Guardianes: Rocket, el mapache. Y al desvelarse su historia y presentarnos al villano de la peli, se abre un controvertido melón: la evolución de las especies, el poder de la genética y hasta dónde es lícito modificar o intervenir en ella.

¿Cómo han evolucionado las diferentes especies? ¿Por qué algunas poseen lo que catalogamos de inteligencia y otras no? ¿Hay un solo camino evolutivo?

Y estas preguntas se aplican tanto en la vida real como en las obras de ciencia ficción.

Los mecanismos de la evolución

Para empezar, el término "evolución" hace referencia al cambio o transformación gradual de un estado en otro. Más allá, refiriéndonos a la evolución biológica de las especies, podemos afirmar que se trata del conjunto de cambios a nivel genético, es decir, en el genotipo o acervo de genes; y en la expresión de esos genes (fenotipo): el aspecto visible, la composición final de cada ser, etc. que dan lugar a la diversidad de formas de vida existentes. Mediante la evolución las especies van cambiando y dan lugar a otras diferentes.

Esto ocurre porque hay una serie de mecanismos operando que inducen variabilidad. Si generación tras generación, todos los individuos que suceden a sus ancestros fueran iguales, no habría evolución ninguna. Y ¿cuáles son estos mecanismos?

• Mutación: Para empezar ésta es la fuente original de variación genética. Se trata de aquellos cambios en los genes que se producen de forma espontánea y que inducen nuevas expresiones de éstos. Es uno de los mecanismos más importantes, pero su tasa de aparición no es demasiado alta, por lo que por sí solo no tendría tanto impacto como el que tiene en combinación con el resto de mecanismos evolutivos.

• Reproducción sexual y apareamiento no aleatorio: Ya de por sí la reproducción sexual induce variabilidad en los descendientes, ya que los gametos (óvulos y espermatozoides) al unirse para formar nuevos individuos crean seres diferentes a sus ancestros. El extra de variabilidad lo añade que estas uniones no se dan al azar sino que los organismos pueden mostrar preferencias a la hora de seleccionar pareja, con lo cual algunas características pueden ser más apreciadas y verse favorecidas y aparecer así más frecuentemente en generaciones venideras.

• Selección natural: Otro de los grandes conocidos. Seguro que nos suena aquello de la supervivencia del más fuerte. ¡Noooo! ¡Craso error! Se trata de la supervivencia del mejor adaptado. Porque al hilo de lo anterior, hay ciertas características que vuelven a los individuos más o menos aptos para sobrevivir en ciertos ambientes, por lo que algunos favorecidos sobrevivirán y se reproducirán con más facilidad y otros no tanto.

• Flujo genético: Es un mecanismo menos conocido, pero igualmente importante. Se trata del movimiento de genes fuera o dentro de una población. Se entiende fácilmente cuando situamos diferentes poblaciones de individuos y se produce algún desplazamiento de sus organismos de una a otra. Imaginaos yendo a vivir a otro país, por ejemplo. Las características genéticas, físicas, etc. que portamos pueden ser muy diferentes de las que tienen los lugareños, por lo que estaríamos introduciendo variabilidad genética en esa población a la que vamos. Si tenemos descendencia en ella nuestros hijos tendrían una mezcla genética de ambas poblaciones de origen.

• Deriva genética: o lo que es lo mismo, la influencia del tamaño de las poblaciones y el azar. Quizá el mecanismo más desconocido; ¡vamos a verlo! Puede ocurrir que por causas aleatorias la composición genética de una población vaya cambiando. Un ejemplo tonto para entenderlo: imaginaos que tenemos una pequeña población de 10 habitantes, 6 personas de pelo moreno y 4 de pelo rubio; por casualidades de la vida, las 6 personas morenas mueren de enfermedad, accidente… y por tanto en esa población solo quedan los genes de pelo rubio para pasar a la descendencia. Ahí se ha producido un gran cambio en las posibilidades genéticas que tenía la población antes y después de la pérdida de esos individuos, y este efecto es más acusado cuanto más pequeña es la población.

El antepasado universal

Visto cómo las especies se van diversificando, como si fueran las ramas de un árbol, surge otra curiosa idea: entonces, si tiramos hacia atrás y retrocedemos lo suficiente en la historia de la vida… ¿Llegaremos a la primera de todas las especies? De esa de la cual se supone que surgen las demás a través de los mecanismos mencionados.

Cladograma.
Cladograma.
WIKIPEDIA

Pues… teóricamente sí. Se le llama LUCA (last universal common ancestor por sus siglas en inglés) o LUA (last universal ancestor) y es precisamente eso, el antepasado común más reciente de todo el conjunto de organismos vivos actuales y probablemente de aquellos que ya no están pero de los que tenemos constancia por sus fósiles.

Según los relojes moleculares, es decir las técnicas que se usan para datar basándonos en la divergencia genética entre dos especies (diferencias entre dos secuencias de su ADN), se estima que el LUCA vivió aproximadamente hace unos 4.350 millones de años. ¡Ahí es nada!

¿Un único camino evolutivo?

Y dada toda la información anterior, seguro que ya se deduce que gran parte de "culpa" de que estemos nosotros aquí y ahora, que seamos tal cual somos y que las especies que nos acompañan sean las que son, es del azar. Es decir, no había una receta evolutiva pre-escrita que nos ha llevado hasta el día de hoy, y no la hay tampoco de cara al futuro. ¿Podría haber sido diferente? ¡Sí! ¡Por supuesto! Había infinitas posibilidades y caminos, pero solo se puede recorrer uno. Como la vida misma.

Y ahora, casi como expertos genetistas, seguro que podríamos darle un par de lecciones al villano de esta última entrega de Guardianes de la Galaxia, que se hace llamar así mismo 'Alto Evolucionador', en su búsqueda de la especie perfecta.

¿Por qué fallan sus experimentos? Seguro que si habéis visto la peli y leído este artículo tenéis cierta idea y si no… ¡Ya estáis tardando!

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