El ingreso en prisión del expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán para cumplir la condena de seis años impuesta por el caso de los ERE parece cada vez más cerca, toda vez que, ante las novedades en el tratamiento, la Audiencia de Sevilla ha pedido nuevos informes forenses para decidir si el político puede continuar tratándose en prisión del cáncer de próstata que padece. 

Así lo ha expresado la Sección Primera del tribunal provincial en una providencia fechada este pasado martes, a la que ha tenido acceso 20minutos, en la que las magistradas dan cuenta de la información remitida por la defensa del expresidente, en la que se especifica que Griñán ha concluido ya las sesiones de radioterapia a las que se estaba sometiendo. 

Por ello, la Audiencia solicita al Instituto de Medicina Legal (IML) de Sevilla que emita "a la mayor brevedad posible" un nuevo informe sobre la posibilidad de que el expresidente andaluz continúe ahora su tratamiento en la cárcel. Y ello teniendo en cuenta, puntualizan las magistradas, que en la documentación aportada por la defensa se especifica que el tratamiento a partir de ahora consiste, "tan solo", en uno "farmacológico y ejercicios rehabilitadores".  

El médico forense, pide la Audiencia, deberá determinar si dicho tratamiento es "compatible con el ingreso en prisión a efectos de resolver sobre la suspensión de la ejecución a tenor del artículo 80.4 del Código Penal que fue solicitada por la representación" de Griñán. 

El antecedente de Barberá

El tribunal ya emitió en enero de este año un auto en el que aplazaba el ingreso en prisión del expresidente andaluz hasta que finalizara las sesiones de radioterapia. Una decisión que los jueces confirmaron el pasado marzo cuando, por el contrario, sí enviaron a prisión al exviceconsejero Agustín Barberá, condenado a siete años, que también había pedido suspender su encarcelamiento al padecer otro cáncer. 

En este caso, sin embargo, la Audiencia admitió que el ex alto cargo padece una "enfermedad grave incurable", pero que requiere un "tratamiento por tiempo indefinido con fármaco oral, que se ingiere una vez al día y que se dispensa en farmacia hospitalaria, y que precisa de revisiones trimestrales y semestrales" y que, por tanto, puede ser dispensado en la prisión, "al igual que a otros penados que se encuentran en situaciones similares".

Tras el ingreso en prisión de Barberá el pasado abril, Griñán es el único de los ex altos cargos de la Junta condenados a prisión por los ERE que aún no han entrado en la cárcel, además del ex director general de Trabajo Juan Márquez, a quien el Tribunal Supremo rebajó la pena y la Audiencia concedió un año de suspensión hasta que se resuelva el indulto que ha pedido.

Así las cosas, las posibilidades de Griñán para eludir la prisión parece que ya solo pasan por dos opciones: el recurso de amparo presentado ante el Tribunal Constitucional el pasado abril y el indulto solicitado al Gobierno central, que aún no se ha pronunciado al respecto.