Las estrategias de las bandas juveniles para captar y retener a sus miembros: así manipulan la mente 

Laura Merino, psicóloga sanitaria y experta en grupos de manipulación coercitivos.
Laura Merino, psicóloga sanitaria y experta en grupos de manipulación coercitivos.
Foto cedida por Laura Merino
Laura Merino, psicóloga sanitaria y experta en grupos de manipulación coercitivos.

El fenómeno de las bandas juveniles lleva creciendo en los últimos años en ciudades como Madrid. Este martes la Policía desmantelaba la estructura financiera de una de estas bandas juveniles: los Trinitarios. Los jóvenes, menores de edad en muchos casos, se sienten atraídos por la idea de pertenencia a estos grupos, pero cómo captan y retienen a sus miembros. La psicóloga sanitaria y experta en grupos de manipulación coercitivos, Laura Merino, lo analiza para 20minutos.

Uno de los grandes mitos o ideas equivocadas que puede haber al pensar en los miembros de una banda juvenil es creer que existe un perfil claro y único de las personas pertenecientes a estas pandillas: "Los jóvenes que ingresan en estas bandas no tienen un perfil determinado, hay factores de vulnerabilidad que influyen, pero todos somos susceptibles de ser manipulados", "A mí uno de los casos que más me sorprendió cuando trabajaba en Madrid fue el caso de un chico que estaba en una pandilla a pesar de tener una situación económica elevada", comenta Merino.

Las bandas juveniles funcionan igual que cualquier otro grupo coercitivo donde por medio de la manipulación se genera una dependencia hacia el grupo: "Si no tienen ningún problema, ellos te lo crean y luego te dan la solución", explica la psicóloga experta en grupos de manipulación coercitivos. 

Durante la fase de captación se muestran las bondades 

Nadie, de la noche a la mañana, se introduce en una banda juvenil o cualquier otro tipo de grupo coercitivo, hay todo un proceso detrás. Durante la fase de captación no se detecta fácilmente nada negativo. "Son unos manipuladores de manual, te adulan, comienzas a admirarles, te dan una atención especial", explica Laura. Esta fase de reclutamiento es larga en la mayoría de los casos. A través de las bondades y ventajas que te muestran comienzas a querer involucrarte más con ellos.

"Dentro del grupo se despersonaliza mucho, les cambian incluso hasta el nombre".

Una prueba de fidelidad

Tras crear una necesidad en los neófitos y mostrarles las bondades y ventajas que implica ser parte del grupo, se les suele probar para comprobar su fidelidad al grupo, estas pruebas pueden ser muy variadas: "Las pruebas de iniciación pueden ir desde soportar una paliza hasta pinchar a alguien de forma aleatoria por la calle", cuenta Merino.

El lenguaje y la forma de relacionarse entre ellos es otra de las estrategias de manipulación que usan estas pandillas: "Dentro del grupo se despersonaliza mucho, les cambian incluso hasta el nombre, con esto te descontextualizan de todo", "el lenguaje que emplean para dirigirse entre ellos como 'hermanito' no es aleatorio, todo forma parte de sus técnicas de persuasión", explica la psicóloga experta en grupos coercitivos.

Una vez dentro del grupo te empiezan a asignar puesto, estas bandas tienen una organización jerarquizada. "Tienes que pagar una cuota como miembro, esto es otra prueba para comprobar tu fidelidad hacia el grupo. Ellos te piden una cantidad de dinero y ya te las apañas tú como puedas para conseguirla: robando a tu madre del bolso, robando en la calle...", "es en este momento cuando se empieza a jugar con el refuerzo positivo y negativo", cuenta Laura Merino.

"Es necesario trabajar con las familias, necesitan en muchos casos un proceso psicoeducativo, porque muchas veces la reacción es: Si vas con esa gente te castigo, esto genera un efecto opuesto a lo deseado, empujando más al joven hacia el grupo donde se siente comprendido", expone Merino

"En los grupos coercitivos siempre se juega con el miedo al exterior".

Un camino a la salida

"Si la persona no quiere, nunca va a salir de estas bandas juveniles", comenta la psicóloga. Los métodos de manipulación que se van empleando durante todo este tiempo hacen que querer salir del grupo sea una decisión difícil: "Cuando te quieres ir, en la mayoría de los casos, también tienes que pasar una prueba, lo que hace que muchos jóvenes se lo replanteen para evitar pasar por esto". 

"También influye el factor protección, en los grupos coercitivos siempre se juega con el miedo al exterior. Pero en las bandas juveniles, además, hay que añadir que cuando dejas de pertenecer a la pandilla pierdes la protección que te ofrece el grupo y eres un blanco para el resto de bandas rivales. Siempre te van a ver como un miembro, aunque ya no estés dentro", añade.

"Se conoce mucho sobre estos grupos, pero no se sabe qué hacer contra la manipulación y cómo actuar, y ahí está la verdadera prevención".

Falta educación social

"Muchos chicos que han salido de estas pandillas te cuentan que sin ayuda nunca lo podrían haber hecho. Sin embargo, aquellos que deciden salir y tienen pocos recursos, se encuentran en la situación de tener que vivir de forma precaria o en la calle, lo que les lleva a regresar al grupo", explica la psicóloga experta en grupos de manipulación coercitiva. "Debería haber más programas enfocados en aquellos grupos vulnerables, un protocolo de recibimiento", añade.

Merino considera que "hay que invertir en prevención, hay acciones, pero no las suficientes". "Se conoce mucho sobre estos grupos, pero no se sabe qué hacer contra la manipulación y cómo actuar, y ahí está la verdadera prevención", finaliza diciendo.

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