OPINIÓN

¿Te juegas el futuro de tus hijos al elegir colegio?

Foto de archivo de una mujer llevando a su hijo al colegio.
Foto de archivo de una mujer llevando a su hijo al colegio.
Branislav Novak / Getty
Foto de archivo de una mujer llevando a su hijo al colegio.

Los padres novatos estamos de lo más liados con las jornadas de puertas abiertas de los colegios, que esta semana abre el proceso de admisión de nuevos alumnos en muchas comunidades. El caso es que pensaba que sería fácil elegir dónde van a enseñarle a sumar al niño, que como no nacen bebés los coles se pelearían para que lo dejara en sus aulas.

Bueno, pues de fácil nada, que hay que pasar algo así como un casting más duro que el de La voz. En concertados y públicos todo depende de un baremo de puntos que va por comunidad, cada una favorece una cosa y los colegios tienen margen para adjudicarlos, así que acabas sin saber si lo tienes más fácil en el cole del barrio o en el de Chinchón.

Parece que estamos en un modelo 
yanqui en el que la carrera 
a Harvard empieza en preescolar

Al criterio clásico que usaron nuestros padres para elegir centro basado en qué vecinos iban hoy hay que sumar si dan robótica y ofrecen menú vegano. La educación ha cambiado, para bien en cosas como que las mates son menos hueso, aunque también se ha vuelto más elitista. Charlando con otros padres angustiados por lo que supone para el futuro de los hijos el colegio elegido, parece que estamos en un modelo yanqui en el que la carrera a Harvard empieza en preescolar.

Normal que acabes mirando la lista de los mejores coles de Forbes, que todos queremos lo más para nuestros niños y seríamos padres horribles si no se lo ofreciéramos. Eso dice el subtexto de páginas webs con eslóganes como «creamos líderes», en las que también advierten de que al niño hay que subirle al tren de los futuros presidentes ya o luego no lo pilla. Como si no existiera la meritocracia y el futuro dependiera de con quién te relacionas.

Igual nos complicamos de más buscando clases de chino. Antes se tenía más claro que la educación se hace en casa 

Total, que tras un montón de visitas guiadas por colegios (aconsejo hacerlas con otros aspirantes para deducir cómo de plasta será el grupo de WhatsApp de padres) mi mujer y yo teníamos pendiente preguntar al principal interesado, el niño, dónde quería estudiar. Sospechábamos que tendría poco criterio sobre planes educativos, algo que confirmó cuando salió con que su preferido era uno de chándal naranja, su color favorito. Pero fue justo en el único en el que nos preguntaron cómo era nuestro hijo, contándonos que allí lo importante, además de aprender, era que lo pasara bien. Como que nos sonó mejor que lo de formar benjamines del Ibex.

Lo de los colegios es personal, pero igual nos estamos complicando de más buscando aulas inteligentes y clases de chino. Me da que antes se tenía más claro que la educación, sobre todo, se hace en casa, o igual había más tiempo para ofrecerla. A los colegios se les pedía que enseñaran lo que tenían que enseñar, que nos llevaran de excursión a Riofrío y que volviéramos a casa con unos cuantos valores aprendidos. Igual no se creaban tantos líderes, pero de esos colegios salimos un montón de niños convencidos de que la educación es un derecho humano universal. Y gracias a ella todos podemos tener las mismas oportunidades.

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