La Semana Santa es la festividad más sagrada del calendario litúrgico cristiano. Comienza el Domingo de Ramos y se prolonga hasta el Domingo de Resurrección y en ella se celebra la pasión, muerte y resurrección de Jesucristo. Coincide con la última semana de Cuaresma del calendario católico, que este año ha caído entre el 2 y 9 de abril, y en ella cofrades, penitentes, costaleros y devotos, en general, muestran ante Dios su fe y religiosidad en unos pasos que son ejecutados de manera distinta en función de la región.
A raíz de esta celebración, procesiones organizadas por hermandades y cofradías salen a la calle en unas manifestaciones de fe influidas por la tradición y las costumbres. Sin embargo, hay ciudades cuyas celebraciones distan mucho de lo que actualmente se enmarca en la Semana Santa más ortodoxa.
En España, son varias las regiones que destacan por su dedicación a esta celebración, como Sevilla, Málaga, Granada o Valladolid, pero ¿cómo celebran esta festividad en el resto de España?
El entierro de Genarín, León
En Castilla y León son muchas las procesiones y lugares que destacan por adornar con devoción sus pasos, entre ellas Valladolid, Zamora, Salamanca o Medina de Rioseco. La llamada en algunas zonas 'Semana Santa castellana' recoge costumbres como El canto del Miserere (Zamora), en el que los cofrades alumbran con antorchas el paso y entonan el cántico de piedad en medio de un impresionante silencio.
Sin embargo, el entierro de Genarín es una procesión profana que se lleva la palma al ser una de las costumbres más atípicas. Tiene lugar la noche del Jueves al Viernes Santo y conmemora la vida y fallecimiento de Genaro Blanco Blanco, un hombre común cuya vida fue leyenda. Los cofrades son recibidos con un buen vaso de vino y los aspirantes a cofrades son bautizados con un buen orujo, pues se dice que Genarín murió a causa del alcohol.
Después, se procede a la ofrenda final en forma de copa de vino y se reparte licor entre los presentes. A pesar de que los más conservadores estén en contra de esta procesión, la llamada 'celebración de los borrachos' sigue siendo aún una parada obligatoria en la Semana Santa leonesa.
La Danza de la muerte en Verges, Girona
Cataluña también celebra la Semana Santa con fervor y devoción. Sin embargo, algunas costumbres y tradiciones como La danza de la muerte en Verges destacan por ser excéntricas y atípicas en esta festividad religiosa.
Esta tradición vergelitana, que tiene lugar el Jueves Santo, se basa en una danza de la muerte propia de la época medieval. Cinco personas, normalmente tres niños y dos adultos, vestidas de esqueletos bailan al son un tambor una danza atípica desde la Edad Media.
Algunos de los elementos empleados en esta danza son el tabal, un tambor que es el único capaz de romper el silencio de la danza o la guadaña, una herramienta esencial del campesino y relacionada con la muerte.
La 'Trencà de perols', Valencia
En la Comunidad Valenciana, Orihuela y Crevillente son las que más reconocimiento han obtenido para sus Semanas Santas. En Orihuela está 'El Encuentro', momento en el que desfila la Cruz de los Labradores, conocida popularmente como 'La Diablesa'.
Sin embargo, el Sábado de Gloria a las 12 de la noche tiene lugar la Trencà de perols en la que, para iniciar una nueva etapa, algunos valencianos arrojan viejas cazuelas, pucheros e incluso cubos de agua desde las ventanas. En una Semana Santa en la que muchas ciudades optan por el silencio y solemnidad, Valencia dedica estos estruendos para simbolizar la vuelta a la vida y la alegría de las cosas buenas que están por venir.
La Rompida de la Hora en Calanda, Teruel
En Aragón también celebran esta festividad y, desde luego, no pasa desapercibida. La más destacada es la de Zaragoza, única ciudad española con dos catedrales en activo. Entre sus tradiciones más singulares encontramos los más de 4 mil instrumentos de percusión, entre los que destacan las matracas, que acompañan sus pasos de forma que trasladan su fe a la música.
La Rompida de la Hora se desarrolla el Viernes Santo a las 12, en la Plaza de España de la localidad turolense de Calanda. Cada Viernes santo, miles de calandinos se visten con túnicas en el cuerpo y se concentran en esta plaza anteriormente citada, para comenzar un rito totalmente atípico.
Esta tradición consiste en la colocación del gran bombo justo enfrente de la casa de Luis Buñuel y a las 12 en punto comienza la Rompida de la Hora, un estruendo enorme generado por miles de tambores y bombos que suenan a la vez.
El Volatín de Tudela, Navarra
La Semana Santa navarra no se queda indiferente en cuanto a tradiciones y costumbres más atípicas. El Volatín de Tudela, considerada una fiesta de Interés Turístico Nacional, comienza a las 10 de la mañana del Sábado Santo y en ella un muñeco de madera emula la muerte de Judas Iscariote.
Este muñeco, llamado 'Volatín', lleva un petardo colocado en la boca y cuando explota comienzan a moverlo de un lado para otro, perdiendo poco a poco la ropa que le han puesto ese año. Esta ropa, además, suele representar a algún personaje del que se ha hablado mucho los meses anteriores.
Cuando el 'Volatín' deja de dar vueltas y se ha quedado desnudo, lo zarandean y se lanzan balones y globos desde diferentes balcones de la Plaza Nueva, lugar en el que se celebra.
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