Cómo evitar dejarte una 'pasta' en cerrajería si te dejas las llaves dentro de casa

Ni en felpudos, ni en macetas, ni en ningún lugar cercano a la puerta. Es mala idea, ya que puede permitir el franqueo a los ladrones en tu ausencia. Mejor que queden con alguien de confianza.
Imagen de archivo de llaves
Pixabay/Sphelonor
Ni en felpudos, ni en macetas, ni en ningún lugar cercano a la puerta. Es mala idea, ya que puede permitir el franqueo a los ladrones en tu ausencia. Mejor que queden con alguien de confianza.

Olvidarse las llaves dentro de casa puede suponer una auténtica pesadilla, y más cuando no tenemos una copia de repuesto a mano. Algo tan normal y cotidiano como entrar a nuestro hogar se convierte, a priori, en una misión imposible, situación ante la cual muchos optan por llamar a un cerrajero. 

Sin embargo, antes de recurrir a un profesional se pueden llevar a cabo diversos trucos que podrían ayudarnos a abrir la puerta sin causar ningún daño, evitando así el coste que conlleva contratar estos servicios.

Accede desde la casa del vecino

Si vives en un chalé, un bajo o el balcón de tu vecino está pegado al tuyo, una opción muy sencilla para acceder a tu casa sería pasar de una vivienda a la otra. No obstante, también hay que tener en cuenta la altura a la que se encuentren, puesto que podría resultar peligroso.

Para ello, basta con tocar a un vecino cuyo jardín, patio, ventana o balcón sea colindante con el tuyo y explicarle la situación. Normalmente los vecinos no suelen tener ningún inconveniente en aceptar, sobre todo si existe una buena relación.

Dependiendo de las condiciones de cada caso en concreto, se podría necesitar de la ayuda de una escalera para poder realizar la maniobra. Así, una vez dentro de tu inmueble, puede que te resulte más fácil abrir una puerta trasera o una ventana que no estén cerradas del todo.

Deja una copia de las llaves en un lugar seguro

Como consejo a modo de prevenir ante futuros despistes, una alternativa útil es dejar un duplicado de las llaves con un vecino, familiar o amigo que viva cerca. Con esto evitarás tener que recurrir a trucos para abrir la puerta.

No obstante, esa persona debe ser alguien de confianza y de la que estemos seguros de que no dará ningún problema. Si no, otra opción sería dejar un juego de llaves en el centro de trabajo, ya sea en un cajón propio, una taquilla o un espacio que sepamos que nadie más va a tocar.

Asimismo, también está la alternativa más conocida: esconder una copia. En este caso se debe evitar colocarla en lugares de fácil acceso, como debajo del felpudo, e intentar escoger un buzón o un sitio en el que pueda estar bajo protección. Lógicamente, para ello la llave del buzón debería estar separada del resto de llaves, como en la cartera.

Compara entre distintos profesionales

Si no queda otra opción que llamar a un cerrajero, debes buscar un profesional que te transmita la mayor seguridad posible y no conformarte con el primero que encuentres.

Por ello, desde OCU recomiendan apuntar en la agenda el número de profesionales de confianza de tu barrio. Puedes encontrarlos atendiendo a reseñas o preguntando a conocidos que hayan contratado sus servicios, de modo que ya tengas una referencia previa.

De este modo, si comparamos diferentes técnicos y guardamos el contacto de los que más nos convienen podemos actuar con rapidez si surge una urgencia, pero con la tranquilidad de que no vaya a hacerte un destrozo o cobrarte de más.

si se busca por internet, hay que extremar las precauciones con aquellos que se anuncian en primer lugar.

Pide un presupuesto

Una vez seleccionados los cerrajeros, el siguiente paso para decantarnos por uno será consultar el presupuesto. Llamar y pedir que vayan a casa a hacer el trabajo directamente no siempre es una buena idea, pues el coste podría ser más elevado de lo que tenías en mente.

Antes de contratar el servicio es conveniente exigir el presupuesto y preguntarnos qué oferta nos interesa más, ya que el importe puede variar mucho dependiendo de cada compañía. Puede ocurrir que no quieran dar un precio cerrado, en cuyo caso se pedirá una aproximación. 

Si a pesar de preguntar no te quieren indicar un presupuesto, desconfía. La mayoría tienen costes ya fijados como el desplazamiento, mano de obra u otros concepto extra (festivo, fin de semana, nocturno, etc.), por lo que, al menos, deberían poder darte un precio mínimo.

Reclama si no estás conforme

Si ya se ha realizado la tarea y el precio final resulta demasiado excesivo, la OCU señala que no se debe firmar la factura o cualquier otro documento, puesto que podría impedir una reclamación posterior. 

Es decir, si no estás conforme debes manifestarlo y que quede constancia, por lo que, si decides firmar la factura para evitar problemas, debes dejar por escrito los motivos por los que no estás de acuerdo. También deberás quedarte una copia para poder reclamar.

Del mismo modo, si desconfías del precio exige la hoja de tarifas, en cuyo documento deberá constar los datos y el sello de la empresa para comprobar que es verídica.

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