Adiós a la neutralidad: Finlandia se convierte este martes en el aliado número 31 de la OTAN

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, este sábado.
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, este sábado.
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El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, durante la Conferencia de Seguridad de Múnich, este sábado.

La OTAN se amplía. La invasión rusa de Ucrania ha reactivado a la Alianza Atlántica y este martes Finlandia se convertirá en el aliado número 31 de la organización, tal como ha confirmado este lunes el secretario general, Jens Stoltenberg. Las autoridades finlandesas depositarán el protocolo de adhesión solo unos días después de que Turquía, el miembro que faltaba por hacerlo, ratificara el proceso. Tal como explicó el mandatario noruego en rueda de prensa, Finlandia aportará "sustanciales" fuerzas militares, "bien entrenadas y equipadas", además de una importante cantidad de reservistas e inversiones en tecnología y medios de última generación. Se trata, además, del primer ingreso de un país no salido de la esfera soviética desde la entrada de España en 1982.

Finlandia se había convertido hasta ahora en un modelo de neutralidad a partir del tópico de la 'findalización', que en cierto modo tiene trampa. Finlandia no es un país neutral por elección, sino por obligación. La política de neutralidad de Finlandia se remonta al periodo inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial. Su interés por permanecer neutral en los conflictos entre grandes potencias fue reconocido por primera vez en un tratado entre Finlandia y la URSS en 1948 (el Tratado de Amistad, Cooperación y Asistencia Mutua). El Tratado prohíbe a los firmantes unirse a una alianza militar contra el otro, y Finlandia no podía permitir que su territorio fuera utilizado para un ataque contra la URSS. Ese equilibrio con los soviéticos fue forzado para evitar precisamente un choque con el régimen.

Finlandia también estaba obligada a preservar su neutralidad mediante unas fuerzas armadas adecuadas. No obstante, ese estatus no está arraigado en el derecho internacional, y no hay compromisos internacionales para su neutralidad. De hecho, el ex primer ministro finés, Alexander Stubb, recordó que esa neutralidad no es firme del todo si se tiene en cuenta la existente colaboración con la Alianza Atlántica que se ha dado desde hace años. Ahora se ha dado el paso de la membresía.

Tras el inicio de la guerra en Ucrania las hojas de ruta han cambiado. Desde el primer momento Suecia y Finlandia mostraron su intención de acceder juntos a la OTAN, pero se encontraron con el veto de Turquía. Ankara acusó -y acusa- sobre todo a Estocolmo de ser "refugio de terroristas", por acoger a miembros del partido kurdo PKK. El bloqueo pareció suavizarse en la cumbre de Madrid del pasado mes de junio, pero las exigencias de Recep Tayyip Erdogan se han mantenido firmes y han llevado a finlandeses y suecos a separar sus caminos. Finlandia, de hecho, ha completado el proceso en tiempo récord.

La noticia de la entrada en la Alianza Atlántica coincide con unas elecciones en Finlandia que han supuesto un importante cambio. El conservador Partido de la Coalición Nacional (20,8%) fue el partido más votado, pero con muy poco margen respecto a la ultraderecha (20%) y de los socialdemócratas de la hasta ahora primera ministra Sanna Marin, que se quedó en un 19,9% de los votos. Las tres formaciones, de hecho, mejoraron sus resultados de 2019, y la extrema derecha ha alcanzado su mejor registro histórico.

Petteri Orpo aspira a liderar el nuevo Ejecutivo y se ha abierto a dialogar con todos los partidos en esa formación del nuevo gabinete, en un país acostumbrado ya a los amplios gobiernos de coalición. De hecho, lo lógico es que se repita la historia y algunos analistas ya apuntan a que Sanna Marin puede acabar 'reciclada' como ministra de Exteriores. Respecto a la entrada en la OTAN el consenso entre las formaciones es total, como se vio cuando en mayo el Parlamento votó sobre el asunto: Un total de 188 diputados lo hicieron a favor; ocho, en contra; y tres directamente no estuvieron presentes durante la sesión.

La de Orpo, en todo caso, es otra voz atlantista en Finlandia, por lo que los planes no van a cambiar. "El Partido de Coalición Nacional ha apoyado la adhesión de Finlandia a la OTAN desde 2006 y sigue haciéndolo. Creemos que el ingreso de Finlandia en la OTAN, al igual que el de Suecia, mejoraría no sólo nuestra propia seguridad, sino la defensa general de Europa. En cuanto a la defensa del norte de Europa por parte de la OTAN, Finlandia es una pieza valiosa debido a nuestras capacidades militares y a nuestra posición geoestratégica entre el Alto Norte y el Mar Báltico", recordó ya en 2022, apelando a la unidad de Occidente frente a la Rusia de Putin.

"Finlandia ha sido y sigue siendo un valioso contribuyente a la seguridad europea", resumió al líder conservador finlandés, antes de añadir que "dado que los pilares de la seguridad europea están cambiando, es necesario un planteamiento común para mantener la paz y la estabilidad en Europa en el futuro. En este sentido, el momento del próximo capítulo para Finlandia y la OTAN es ahora".

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