Sánchez tratará de implicar a China para conseguir la paz en Ucrania en un viaje con un marcado carácter económico

Sánchez tratará de implicar a China para conseguir la paz en Ucrania en un viaje con un marcado carácter económico.
Sánchez tratará de implicar a China para conseguir la paz en Ucrania en un viaje con un marcado carácter económico.
Carlos Gámez
Sánchez tratará de implicar a China para conseguir la paz en Ucrania en un viaje con un marcado carácter económico.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha aterrizado este jueves en China. Se trata de un viaje que el Ejecutivo anunció hace una semana y que gana mucha relevancia si se tiene en cuenta el contexto: será el primer mandatario europeo que se reunirá con el presidente chino Xi Jinping tras la visita de este último a Moscú para encontrarse con Vladímir Putin, protagonista de la invasión rusa en Ucrania comenzada hace un año. Es por ello por lo que el conflicto armado en el este de Europa será uno de los principales temas a tratar, aunque no el único: Moncloa señala que también hablarán de economía y del 50 aniversario de las relaciones diplomáticas entre ambos países, así como de las prioridades españolas para la casi inminente presidencia rotatoria de la Unión Europea. 

Desde el palacio presidencial intentan no imponer sobre el presidente el papel de mediador. No obstante, fuentes gubernamentales aseguran que Sánchez sí le trasladará a su homólogo chino la esperanza de que intermedie para lograr la paz y, también, cuál es la posición española y europea sobre el conflicto, que pasa por dar a Ucrania un papel predominante en dicho proceso. Lo dejó claro el propio jefe del Ejecutivo la semana pasada. "Trasladarle también que serán los propios ucranianos los que establezcan las condiciones del inicio de la paz", citó en una comparecencia al ser preguntando la semana pasada sobre el viaje, que sucederá este jueves y este viernes.

En este sentido, las mismas fuentes recuerdan que este mensaje ya se lo comunicó Sánchez a Xi en el encuentro bilateral que ambos celebraron en la Cumbre del G-20 que tuvo lugar en Bali el pasado mes de noviembre. Según trasladó el Gobierno entonces, el presidente le pidió usar su influencia sobre Putin para poner fin a la guerra. El dirigente chino respondió entonces que no tenía dicha influencia. Esta vez, Moncloa asegura que es imprescindible que un problema "tan brutal" se resuelva sin China, que, recuerdan, siempre ha sido una potencia estabilizadora. Nunca, dicen, ha buscado el conflicto, sino la estabilidad. Además, desde el Ejecutivo señalan que sería un gran gesto que el presidente chino hablase con Volodímir Zelenski, presidente ucraniano, con el que el Gobierno español tiene contacto continuo.

Las fuentes gubernamentales también insisten en otro de los mensajes dichos por Sánchez en los días previos al viaje en los que señaló la importancia de que China abandonase la ambigüedad y trasladase un plan de bases para comenzar el proceso de paz del conflicto. El jefe del Ejecutivo rechazó definirlo como un "plan de paz", pero sí destacó varios puntos "interesantes": el rechazo de China al uso de armamento nuclear, una de las recurrentes amenazas de las autoridades rusas; y el "respeto a la integridad territorial", que Sánchez interpreta como "una referencia" a la carta de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Retomar las relaciones y hablar de economía

El viaje, según interpretan en Moncloa, también forma parte de una decisión de China de salir completamente de un aislamiento diplomático y político en el que quedó inmiscuido tras la pandemia de coronavirus y que le dejó una imagen por reconstruir. Las relaciones con España también se han enfriado y fuentes cercanas al presidente creen que es el momento de retomarlas. Desde 2018, año en el que Xi Jinping realizó una visita de Estado a nuestro país, Sánchez y él solo se han visto en la cumbre del G-20 antes mencionada.

Será el momento, pues, de hablar de economía. El Gobierno quiere que las relaciones de este tipo con el gigante asiático comiencen a ser más equitativas, puesto que China es principal proveedor y pero España está por debajo de los diez primeros puertos en exportadores. También Sánchez tratará de darle un impulso al turismo de origen chino, que Moncloa define como de calidad y de alto poder adquisitivo. 

Con todo, el jueves -antes de la reunión con Xi-, el presidente español asistirá a la apertura de la Conferencia Anual del Foro de Boao para Asia, una especie de Foro de Davos. En este encuentro económico, que comenzó a celebrarse en el año 2000, Sánchez se reunirá con empresas españolas afincadas en china y con compañías chinas con intereses de inversión en España.

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