Condenado a cinco años de cárcel un violador reincidente que agredió sexualmente a una menor en un permiso carcelario

La actual rampa de acceso al Port Olímpic, al fondo, desaparecerá
Port Olímpic.
MIQUEL TAVERNA
La actual rampa de acceso al Port Olímpic, al fondo, desaparecerá

La Audiencia de Barcelona ha condenado a cinco años de prisión a un violador reincidente por agredir sexualmente a una joven de 17 años en julio de 2019 en el Port Olímpic de Barcelona aprovechando un permiso penitenciario, tras haber sido investigado por otras tres violaciones similares.

El hombre, para quien el Ministerio Público pedía 9 años de cárcel, violó a la menor mientras disfrutaba de un permiso penitenciario de la prisión de Quatre Camins, según explicaron fuentes judiciales durante el juicio celebrado el pasado mes de marzo en la sección novena de la Audiencia de Barcelona.

En su sentencia, la Audiencia de Barcelona no contempla las agresiones sexuales que habría cometido con anterioridad por ser menor de edad y le aplica además una pena más baja en virtud de la ley del solo sí es sí, que le es más favorable.

La sentencia no contempla las agresiones sexuales que habría cometido con anterioridad por ser menor de edad 

La agresión sexual cometida por este violador reincidente, de 28 años, se produjo la madrugada del 5 de julio de 2019, cuando la víctima se encontraba con unas amigas en un local de ocio del Port Olímpic y salió al exterior tras extraviar su móvil.

En ese momento, "faltando a la verdad y con el único propósito de satisfacer sus deseos sexuales", el violador le dijo a su víctima que le acompañara para mostrarle a la persona que tenía su móvil, llevando a la menor hasta un lugar "apartado y solitario", en concreto, a un pasadizo situado entre dos restaurantes.

Una vez allí, el hombre la "golpeó sorpresivamente y fuertemente en la cabeza", provocando que la joven "se desplomase impactando en el suelo, donde quedó inerme", según detalla la sentencia, que ha avanzado El País.

El tribunal considera probado que, una vez en el suelo, el violador arrastró a la menor, ya reanimada, hasta detrás de unas jardineras, donde la obligó a practicarle una felación, mientras la agarraba "con fuerza del cuello" para que no gritara, pese a que la víctima intentó zafarse de su agresor sin lograrlo, debido a la fuerza empleada por el hombre.

Secuelas: varios intentos de suicidio

A raíz de la violación, la menor sufrió varias lesiones en la ceja, en ambos codos y en una rodilla, además de secuelas psicológicas "graves" como crisis de llanto, miedo e insomnio que requirieron tratamiento médico e, incluso, su ingreso en un centro por intentos continuados de suicidio, según relató la víctima durante el juicio.

En la sentencia, la sala no alberga "dudas" de que la menor sufrió ese día un ataque sexual para el cual el hombre empleó la "violencia física", primero "golpeándola a traición por la espalda para anular su capacidad defensiva" y, después, violarla utilizando la fuerza pese a la "resistencia opuesta por ella".

Además del testimonio de la joven, otra prueba clave han sido las imágenes de las cámaras de seguridad de los dos restaurantes entre los que se produjo la violación, en las que se observa "con claridad" a la menor caminando junto a su agresor, que de forma "súbita y a traición la golpea con la mano en la cabeza", cómo se desploma y cómo es arrastrada hasta detrás de un macetero, "advirtiéndose entre las ramas movimientos continuos y una silueta subir y bajar repetidas veces", hasta que ocho minutos después el hombre abandona el lugar.

Ley solo sí es sí

La sentencia no ha tenido en cuenta las otras agresiones sexuales que habría cometido en 2012 y por las que fue investigado en su momento por los Mossos d'Esquadra, ya que por aquel entonces era menor de edad -17 años-.

De acuerdo con la documentación presentada por la defensa de la víctima durante el juicio, ejercida por el abogado Alex Zaragüeta, en agosto de 2012 el hombre habría agredido sexualmente con penetración a una joven en una discoteca de El Bruc (Barcelona) y a otras dos, en octubre y diciembre de ese año, a la salida de una estación del metro en Barcelona.

Además, el tribunal aplica a este violador la legislación más favorable tras la entrada en vigor de la ley del solo sí es sí: si bien en el momento de la violación -julio de 2019- las penas oscilaban entre los seis y los doce años de prisión, ahora se castiga entre cuatro y doce años de cárcel, "lo que obliga a la sala a tener en cuenta el redactado presente" ya que el "marco penal actual es más beneficioso" al reo.

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