Ribera, "satisfecha" por que Bruselas asuma ideas españolas para el mercado eléctrico aunque el PSOE lamenta el apoyo a la nuclear

Teresa Ribera habla con la comisaria de Energía durante el Consejo extraordinario de este viernes.
Teresa Ribera habla con la comisaria de Energía en un Consejo extraordinario.
EFE
Teresa Ribera habla con la comisaria de Energía durante el Consejo extraordinario de este viernes.

Aunque se queda corta con respecto a sus expectativas y difiere en aspectos importantes, el Gobierno ha acoge con "satisfacción" la propuesta que ha planteado este martes la Comisión Europea para "revisar" y no tanto "reformar" el mercado de la electricidad de la UE. Así lo han indicado fuentes del Ministerio de Transición Ecológica tras conocer la propuesta definitiva que, no obstante, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, ha adelantado que querrá "enriquecer" en la negociación que ahora se abrirá entre los Estados miembros y ella dirigirá en la segunda mitad del año, en tanto que presidenta del Consejo de Energía bajo la Presidencia española de la UE. De una forma más directa, desde el PSOE lamentan que la propuesta de Bruselas hace demasiadas concesiones a la energía nuclear, como buscaba Francia.

"Acogemos con satisfacción la propuesta de la Comisión Europea. Lo que hace un año se nos decía que era imposible, hoy se plasma en una propuesta legislativa que se inspira y recoge buena parte de las soluciones propuestas por España para mejorar el diseño del mercado eléctrico", dice la nota que ha difundido el Ministerio, que subraya los puntos en común entre la propuesta que en enero envió a Bruselas y la que la Comisión ha aprobado este martes teniendo en cuenta aportaciones de los gobiernos europeos y de otras partes interesadas y de la que ha salido un planteamiento más en línea con las expectativas de Alemania que de las españolas.

Esto es así porque en lugar de una reforma total, que acabase con el sistema actual de fijación de precios, en el que el más caro -el gas- marca el coste total, Bruselas ha optado por modificar algunos aspectos del actual sistema. Tampoco ha 'comprado' la pretensión española de que el precio de la electricidad se fijara por medio de subastas reguladas por cada Estado y en su lugar apuesta por promover los contratos privados.

Sin embargo, el Ministerio celebra en primer lugar que los objetivos sean compartidos: "la defensa de los consumidores" a través de "precios razonables, asumibles y predecibles"; "reducir el impacto de la luz en el recibo de la luz" y "hacer una transición energética con justicia social".

En cuanto a aspectos concretos, el Ministerio cree que Bruselas "ha asumido como propia la propuesta de España" de impulsar los contratos a largo plazo y de capacidad entre productores y comercializadoras, por medio de subastas -contratos por diferencias- y de contratos privados -PPA-.

Aunque Bruselas no se plantea terminar con el sistema marginalista de fijación de precios, el departamento de Ribera reconoce al menos "el ánimo constructivo de preservar el interés de hacerlo", aunque "sin por ello se elimine", recuerda.

"Ahora se abre un proceso de negociación en el que España volverá a jugar un rol determinante como Presidencia del Consejo de cara a enriquecer el texto de la Comisión y generar un consenso entre los 27 Estados miembros", concluye. 

Puertas abiertas a la nuclear

Con un tono positivo y constructivo, Transición Ecológica ha evitado entrar en cuestiones espinosas sobre las que sí ha puesto el acento el eurodiputado del PSOE especializado en materia energética, Nicolás  González-Casares, que en un análisis de la propuesta de la Comisión Europea en redes sociales considera "insuficientes" algunas medidas y que Bruselas "deja demasiadas puertas nucleares abiertas" a la energía nuclear dado que incluye esta tecnología entre las alternativas a los combustibles fósiles -y no solo las renovables, como quiere España- y contempla ayudas para ello.

"Los contratos por diferencia -CFDs, similares a las subastas- van a afectar a las nuevas instalaciones y se abre la posibilidad a que la repotenciación o extensión de la vida útil de algunas tecnologías puedan beneficiarse de esquemas de apoyo", dice el eurodiputado, que adjunta un pantallazo de la propuesta de la Comisión Europea donde queda claro que las ayudas también podrán ir para la producción de energía nuclear.

"Es positivo que las medidas de apoyo se enfoquen en fuentes de energía no fósiles, pero es preocupante que se proponga apoyo estatal también a la energía nuclear, cuando este debería enfocarse en las fuentes de energía renovable", ha explicado el eurodiputado más en detalle.

Más directo que el Ministerio, González-Casares lamenta también la renuncia por parte de la Comisión a desacoplar el precio del gas del de la electricidad, como defiende el Gobierno español incluso desde antes de que empezara la crisis energética. "Las medidas de emergencia que se proponen no habría ayudado a amortiguar la escalada de precios en la reciente crisis vivida. Desde luego de esa manera no se conseguirían desacoplar los precios del gas de los precios finales del mercado mayorista...", dice el eurodiputado.

Las eléctricas, contentas

Curiosamente, la propuesta de la Comisión también ha gustado entre las eléctricas, habitualmente enfrentadas a las medidas energéticas de Ribera. La Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (AELEC) la ha valorado "positivamente" porque frente a lo que veían en la propuesta del Gobierno español "no supone una ruptura del mercado existente, sino una evolución". 

Desde una posición opuesta a Transición Ecológica, valora que recoja que "los mercados mayoristas a corto plazo basados en precios marginales son esenciales" y especialmente que estoy "no se cuestione" por parte de Bruselas, que por el contrario "no incluye medidas de intervención estructurales ni de carácter retroactivo, que hubieran afectado de forma negativa a la cohesión del mercado único europeo", un riesgo que sí criticaron del planteamiento de Ribera.

Con todo, la AELEC pide mejoras por lo que respecta al tratamiento legal de los mercados de capacidad -de generación de electricidad- y frente al mercado de almacenamiento -que España planteaba y Bruselas recoge-, las eléctricas apuestan por integrarlos en los mercados de producción de energía para "no discriminar" entre tecnologías que se dirigirían a generar electricidad y otras a asegurar el suministro.

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