Francisco cumple diez años al frente de la Iglesia: luces y sombras de su pontificado

Ilustración del papa Francisco.
Ilustración del papa Francisco.
HENAR DE PEDRO
Ilustración del papa Francisco.

"Rezad por mí". Fue el primer mensaje que el argentino Jorge Bergoglio dirigió a los fieles desde su balcón de la Basílica de San Pedro el 13 de marzo de 2013 después de que la fumata blanca anunciara su elección como nuevo papa. Ahora, el que fue arzobispo de Buenos Aires cumple diez años de pontificado, en los que no ha dejado de reiterar esta petición a los católicos cada domingo al terminar el ángelus: que oren por su labor al frente de la Iglesia. Todo ello refleja a la perfección la humildad y la sencillez que han caracterizado a Francisco durante esta década.

Ocupó el trono de San Pedro de manera inesperada, sin figurar entre los papables más sonados, acompañado de múltiples novedades. Nunca antes un jesuita se había convertido en pontífice y tampoco lo había hecho un religioso americano. De hecho, la Iglesia no contaba con un líder no europeo desde el año 741, cuando falleció Gregorio III, de origen sirio. También ha sido el primero de su nombre, escogido en honor a san Francisco de Asís, conocido por su entrega a los pobres y su humildad extrema.

Al explicar su elección, declaró que le gustaría "una Iglesia pobre y para los pobres" y que como emblema de tal cosa veía a San Francisco de Asís. Esta deseada austeridad y la dedicación a los más necesitados —su preocupación por los migrantes es constante—, así como la sencillez y la humildad, han constituido una de las guías de su pontificado. Un ejemplo es la decisión de residir en la Casa de Santa Marta, en vez en el Palacio Apostólico Vaticano (usado por los papas desde Pío X en 1903), con el propósito de buscar una "forma simple de vivir" y el contacto con "otros sacerdotes", según el exportavoz de la Santa Sede Federico Lombardi.

Nunca antes un jesuita se había convertido en pontífice y tampoco lo había hecho un religioso americano

En este contexto, Bergoglio —que fue portada de la revista Rolling Stone en 2013 y nombrado persona del año por Time— creó el Consejo de Cardenales como una de sus primeras acciones. Llegaba considerado un papa reformista y, en abril, constituyó este órgano —que funciona como un grupo de asesoramiento del pontífice en el Gobierno de la Iglesia Universal— para satisfacer las necesidades de reforma dentro de la Curia Romana —uno de sus grandes empeños— y revisar la Constitución apostólica Pastor Bonus.

Actuación contra los abusos

Otra de las primeras determinaciones que Francisco adoptó como cabeza de 1.300 millones de católicos fue seguir con la lucha contra la pedofilia iniciada por Benedicto XVI. El 5 de abril de 2013, menos de un mes después de su elección, pidió a la Congregación para la Doctrina de la Fe que actuase con decisión en todos los temas relacionados con los casos de abuso sexual, mediante la promoción de las medidas de protección a los menores y la ayuda a las víctimas de este tipo de violencia.

En diciembre de ese mismo año, Francisco aprobó la creación de una Comisión para la Protección de Menores contra la pedofilia, que vio la luz en marzo de 2014. Se trató de una propuesta del Consejo de Cardenales con la intención de afrontar este tema tabú para la Iglesia. Ese mismo año, comenzó a recibir a víctimas de estas agresiones Además, en 2015, se celebró el primer juicio por este tipo de delito en el tribunal del Vaticano para juzgar a un exnuncio para la República Dominicana, proceso tras el que vendrían otros.

En 2021, la Santa Sede recibió un nuevo mazazo en forma de informe. La Iglesia francesa descubrió con horror que más de 216.000 niños y jóvenes fueron víctimas de tocamientos, agresiones sexuales o violaciones por parte de sacerdotes o religiosos entre 1950 y 2020. La cifra podía llegar a 330.000 si se consideran a laicos vinculados a la Iglesia e implicaba a unos 3.000 personas responsables de los abusos entre seglares y miembros del clero.

En su primer año de pontificado, Francisco aprobó la creación de una Comisión para la Protección de Menores contra la pedofilia

En este escenario, para garantizar la efectividad de estas medidas, el papa encargó en 2022 un informe anual sobre abusos a la Comisión y reclamó "transparencia a las diócesis" sobre los casos de pederastia. Poco después, a comienzos de marzo de 2023, recalcó en un videomensaje que la Iglesia "no puede tratar de esconder esta tragedia" y que "pedir perdón es necesario, pero no basta".

A pesar de esta intención de purgar el clero durante esta década de pontificado, también ha habido sombras. En 2014, la ONU criticó al Vaticano por no haber reconocido nunca "la amplitud de los crímenes" de abuso sexual por parte de sacerdotes, ni haber tomado medidas para ponerles fin. Además, pidió a la Santa Sede que "retirase inmediatamente" a todos los religiosos de los que supiera o sospechara que habían cometido este tipo de delitos y que los entregase a las autoridades civiles.

Aunque la Iglesia ha suspendido a sacerdotes por abusos durante estos diez años, la participación del papa en el funeral del cardenal estadounidense Bernard Francis Law, símbolo de los escándalos de pederastia en el seno de la Iglesia católica tras haber encubierto los abusos a niños por parte de sacerdotes en Boston, no fue bien recibido. Francisco presidió las exequias y pronunció unas palabras finales, aunque anteriormente había ordenado la expulsión del religioso del Vaticano, según medios italianos.

Postura sobre la homosexualidad

Tampoco tardó en pronunciarse sobre otro tema controvertido para la Iglesia: la homosexualidad. En julio de 2013, en el vuelo de regreso desde Brasil tras la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud, el pontífice sorprendió a los periodistas presentes en el avión con sus palabras: "Si una persona es gay y busca al Señor y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarlo? El Catecismo de la Iglesia Católica explica esto de una manera muy hermosa, dice: 'No se debe marginar a estas personas por eso, deben ser integradas en la sociedad'".

Fue la primera pero no la única vez que Francisco se ha expresado en estos términos. El pasado enero, el papa abogó, en una entrevista concedida a la agencia Associated Press, por la despenalización de la homosexualidad, castigada todavía en algunos países. "No es un delito, pero sí un pecado (...) También lo es la falta de caridad al prójimo", afirmó. Algo antes, en 2021, defendió en otro vuelo las uniones civiles entre personas del mismo sexo, pero rechazó llamarlas "matrimonios". "El sacramento está claro", dijo. Se trata de una postura que ya había mantenido cuando era cardenal en Argentina y que lo enfrentó a Néstor Kirchner y Cristina Fernández.

En estos diez años, el obispo de Roma se ha acercado personalmente a miembros del colectivo LGTBI. En 2015, telefoneó a Diego Neria Lejárraga, un hombre trans español, para invitarlo a la Santa Sede y reunirse con él. "Dios quiere a todos sus hijos, estén como estén, y tú eres hijo de Dios y, por eso, la Iglesia te quiere y te acepta como eres", le aseguró. Y palabras similares le dedicó en 2018 a Juan Carlos Cruz, un chileno homosexual que denunciaba los casos de pederastia de la Iglesia católica.

Sin embargo, más allá de estos comentarios, la posición oficial de la Iglesia no ha cambiado, y el pontífice también ha mostrado posiciones algo más críticas. De hecho, el Vaticano rechazó en 2016 la candidatura como embajador francés ante la Santa Sede de Jean-Loup Kuhn-Delforge por ser gay.  En el Papa Francisco. La fuerza de la vocación. La vida consagrada hoy, publicado en 2018, Bergoglio manifestó que "parece que la homosexualidad está de moda" y mostró su preocupación por este tipo de "afectos" en el sacerdocio, donde "no tienen cabida".

Reforma económica

Tras los escándalos emergidos durante el pontificado de Benedicto XVI, en julio de 2013 instituyó una comisión para recopilar toda la información sobre cuestiones económicas de la Santa Sede, con expertos en materias jurídicas, financieras y organizativas. En 2014 creó la Secretaría y el Consejo para la Economía, con la intención de armonizar las políticas al respecto. En 2015 fueron detenidos monseñor Lucio Ángel Vallejo Balda y la seglar Francesca Chaouqui -encargados en su momento de investigar organismos monetarios y administrativos- por sustracción y divulgación de documentos reservados.

Acercamiento a otros líderes religiosos

En estos diez años como máxima figura de la Iglesia católica, Francisco ha tratado de estrechar lazos con los líderes de otras confesiones religiosas. Ya a la misa de inauguración de su pontificado, el 19 de marzo de 2013, acudió el patriarca de Constantinopla, Bartolomé I, un hecho insólito que no ocurría desde el Cisma de Oriente, cuando el cristianismo se dividió en dos determinaciones hace casi mil años.

En febrero de 2016, Bergoglio se convirtió en el primer papa en reunirse con el patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa, Kiril, después de los casi mil años transcurridos desde el mencionado Cisma de Oriente: se encontraron en La Habana (Cuba) para firmar una declaración común. En 2022, ambos líderes conversaron por videoconferencia con motivo de la guerra de Ucrania y sus diferentes posturas al respecto. Estos últimos acontecimientos no han contribuido al acercamiento, ya que Moscú mostró su descontento con el tono del pontífice para referirse a la charla.

No obstante, Francisco no solo se ha aproximado a las otras cabezas de la Iglesia, sino también a líderes musulmanes. En 2019 firmó un acuerdo con el gran imam de Al Azhar, Ahmed al Tayeb, máxima figura de la rama suní del Islam, y en 2021 cerró el círculo tras encontrarse en la ciudad sagrada de Nayaf con el gran ayatolá Ali Sistani, jefe de la comunidad chií de Irak. "Vosotros sois parte de nosotros y nosotros parte de vosotros", le dijo citando a Abraham. Más tarde, en 2022, el heredero de san Pedro viajó a Bahréin para intensificar el diálogo con estas confesiones, cuyos representantes se encontraban allí reunidos.

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