A VOX le interesa el esperpento, lo grotesco, lo estrafalario. Su moción de censura, la segunda que presenta, solo les va a servir a los ultraderechistas para que se hable de ellos en el Telediario. Para nada más, bueno, sí, para incomodar al Partido Popular, que de esto se trata, en realidad. Quien piense que es para hacer caer a Pedro Sánchez, que Dios todopoderoso le conserve el entendimiento.

Lo que esta nueva ocurrencia de los de Abascal va a provocar, en realidad, es que el presidente del Gobierno salga más fuerte que cuando le invistieron jefe del Ejecutivo. Por lo pronto, no ha tardado en afear al Partido Popular su abstención: "Con Feijóo, el PP se acerca a VOX, pasan del no de Casado a la abstención".

Como candidato a presidente, VOX presenta a Ramón Tamames, comunista y antifranquista en su día, y, hoy, no se sabe. Todos cambiamos o hemos cambiado de opinión alguna vez. Es normal. Pero giros de 180 grados a según qué edad, sugieren problemas que nada tienen que ver con la política, sino, más bien, con cuestiones personales.

Giros de 180 grados a según qué edad, sugieren problemas que nada tienen que ver con la política, sino, más bien, con cuestiones personales

El profesor Tamames tiene 89 años de edad. Hace muchos años lo conocí personalmente cuando le invité en más de una ocasión a programas de debate que presentaba y dirigía en TV3.

Como cualquiera que hubiera militado en el antifranquismo, Ramón Tamames era una referencia. ¿Quién no leyó algunos de sus libros relacionados con la economía española?

Cuando lo vea en el Congreso, voy a sentir incomodidad, como cuando ves que a personas mayores se las ridiculiza en televisión para obtener audiencia. Es comprensible también, lo que dijo Feijóo sobre él: "Si fuese mi padre, no le dejaría hacer esto".

Harían bien los grupos hacer lo que propuso el Partido Nacionalista Vasco (PNV): no entrar a debatir con él y pasar directamente a la votación. ERC también ha anunciado lo mismo.

Desgraciadamente, algunos no van a evitar el espectáculo.