A horas de que se cumpliera un año del comienzo de la invasión rusa de Ucrania, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, visitó Kiev este jueves con un nítido mensaje de apoyo a la nación ucraniana que se podría traducir en el envío de más tanques de los anunciados -el jefe del Ejecutivo habló de la posibilidad de diez, cuatro por encima de la cifra planificada-, más munición y más dinero. Todo ello, "durante el tiempo que haga falta". Sánchez tampoco descartó estudiar con los aliados la ayuda aérea a Ucrania, una de las peticiones recurrentes de Volodímir Zelenski y que hasta ahora le ha sido negada.
El viaje del presidente estuvo rodeado, por motivos de seguridad, de un halo de secretismo. La noticia saltó el miércoles, pero la llegada de Sánchez no se comunicó hasta el jueves a primera hora, ya con el presidente en territorio ucraniano. Tras una jornada maratoniana de visitas y ofrendas florales, el jefe del Ejecutivo se reunió con su homólogo de Ucrania y pronunció un largo discurso ante el Parlamento de ese país.
Tras el encuentro y antes de trasladarse a la cámara parlamentaria, ambos mandatarios comparecieron juntos. Fue en esa rueda de prensa en la que llegó el anuncio: el presidente subió la apuesta de los seis Leopard y, aunque sin fecha concreta -también por motivos de seguridad-, prometió intentar mandar cuatro carros de combate más. "Ayer la ministra de Defensa anunció que enviaríamos seis Leopard. Nuestra intención es, durante las próximas semanas y meses, ver si podemos escalar de seis a diez", dijo. España se sumará así a un movimiento que también realizarán otras grandes potencias: Estados Unidos enviará 31 y Alemania, 14. En principio, esta decisión no pasará por el Congreso de los Diputados, algo que criticaron los socios del PSOE.
En la reunión entre los dos presidentes, Zelenski le trasladó otra de sus peticiones recurrentes, la ayuda aérea, algo a lo que la OTAN se ha negado durante este año de conflicto al suponer una escalada del conflicto sin precedentes, puesto que supondría la intervención directa en el conflicto por parte de la Alianza. Sánchez confirmó la solicitud y se comprometió a estudiarla con el resto de los aliados. "Zelenski me ha pedido esa ayuda, no lo escondo, pero tendremos que tratarlo con el resto de aliados", apuntó. Asimismo, el jefe del Ejecutivo anunció que España destinará 100 millones de euros para la reconstrucción del país ucraniano a través del Banco Mundial.
Zelenski, de quien partió la invitación a Sánchez -según Moncloa-, agradeció la visita y el "apoyo sólido" que "ha ido creciendo" del Gobierno español. "Estáis ayudando a proteger las vidas de los ucranianos del terror ruso", señaló a la vez que destacaba que Ucrania ha "sentido esta solidaridad firme desde el primer día de la guerra hasta hoy". "Uniéndose a la 'coalición de los tanques', España está haciendo más fuerte a Ucrania", declaró loando la decisión del presidente español.
Después de la comparecencia, Sánchez se trasladó al Parlamento, donde pronunció un discurso en inglés en el que aseguró que la palabra que describe a Ucrania es "dignidad". "La dignidad de un país que lucha por su derecho a existir y a ser libre, a elegir su propio camino y a lograr una paz justa y merecida, la dignidad de un pueblo que lucha por lo que es justo", apuntó ante el plenario, que le interrumpió con aplausos en diferentes ocasiones y cuyos miembros se ataviaron con las banderas ucranianas y españolas.
El presidente insistió en que Rusia, "aunque sin duda puede hacer daño, no puede ganar". "No estáis solos en esta lucha. España, la Unión Europea y numerosos aliados os apoyan y seguiremos haciéndolo mientras sea necesario", apuntó el jefe del Ejecutivo, que también señaló que la causa ucraniana es "la causa" española: "Cuán importante hubiera sido en momentos difíciles de la historia de España, haber contado con la solidaridad internacional".
Alarmas antiaéreas en Kiev
Si en la visita que realizó el pasado mes de abril, Sánchez optó por visitar Borodianka, considerado por Zelenski como uno de los epicentros de las matanzas que estaba llevando a cabo entonces el Ejército ruso, en esta se inclinó por ir a Bucha. La primera parada fue en la iglesia de San Andrés, donde los rusos ubicaron una de las fosas comunes para decenas de civiles asesinados cuando el Ejército de Putin ocupó este lugar.
También incluyó la ciudad de Irpin, al noroeste de Kiev y símbolo de la resistencia ucraniana. En su visita, que también incluyó una ofrenda floral a los caídos en la guerra y la inauguración de una placa que recuerda su primera y última visita a Ucrania, sonaron las alarmas antiaéreas y el Ejército ucraniano se vio obligado a derribar un dron ruso.
Comentarios
Hemos bloqueado los comentarios de este contenido. Sólo se mostrarán los mensajes moderados hasta ahora, pero no se podrán redactar nuevos comentarios.
Consulta los casos en los que 20minutos.es restringirá la posibilidad de dejar comentarios