Cómo percibe el tiempo el cerebro: investigadores descubren cómo el tiempo puede jugarnos malas pasadas

En muchas casas hay ese típico reloj antiguo y elegante. La realidad es que puede venderse por una buena cifra, especialmente si es de marca y funciona bien. Se alcanzan los 1.000 euros en muchas ocasiones.
La percepción del tiempo puede variar en función de la edad de cada sujeto.
Pixabay/Yummymoon
En muchas casas hay ese típico reloj antiguo y elegante. La realidad es que puede venderse por una buena cifra, especialmente si es de marca y funciona bien. Se alcanzan los 1.000 euros en muchas ocasiones.

El tiempo y la percepción de él pueden llegar a ser un misterio. Días que se hacen eternos y meses o incluso años que se pasan volando. Cuando éramos pequeños, una semana de vacaciones podía parecer un mundo, mientras que para un adulto, un mes de verano puede pasar en un abrir y cerrar de ojos.

Esta particular relación entre la edad y la percepción del tiempo ha sido objeto de estudio por parte de investigadores de la Universidad húngara de Eötvös Loránd, que han analizado en un estudio para Scientific Reports cómo percibe el cerebro el tiempo y si hay realmente un cambio de percepción del mismo desde la infancia hasta la vida adulta. 

Un experimento para demostrar las distintas percepciones del tiempo

El experimento consistió en mostrar dos vídeos a tres grupos de distintas edades para comprobar cuál les parecía más largo. Los vídeos, uno con una rápida secuencia de acontecimientos y otro una secuencia monótona, fueron el instrumento para tratar de medir como perciben el tiempo y en qué punto, la percepción del mismo cambia.

El primer grupo, de edades entre los 4 y 5 años, votó por el primer video como el más largo. mientras que el tercer grupo, de 18 años en adelante, votó por el segundo. La revelación llego con el grupo intermedio, entre los 9 y 10 años, cuya tendencia fue moderadamente parecida a la de los adultos. Eso permitió situar el punto de inflexión en la percepción del tiempo en torno a los 7 años.

Un enigma complejo con mucho por investigar

Aunque los investigadores pudieron hallar este punto de inflexión a los 7 años, la percepción del tiempo de cada ser humano y sus variaciones siguen siendo una incógnita, ya que ningún modelo biológico en esta disciplina habría podido prever este resultado. La percepción del tiempo y del espacio, directamente relacionadas con las conexiones neuronales, son muy complejas. Es un terreno en el que la ciencia tiene aún mucho por descubrir

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