Vive en Miami, es doula certificada y trabajó de publicista: así es Laia Costa, nominada al Goya a Mejor Actriz

La actriz Laia Costa, en diciembre de 2022.
La actriz Laia Costa, en diciembre de 2022.
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La actriz Laia Costa, en diciembre de 2022.

Cuando durante la noche de este sábado se anuncie que la siguiente categoría es la de Mejor Actriz Protagonista en los Premios Goya, todas las cámaras enfocarán el rostro de Laia Costa. A no ser que salte la sorpresa con Marina Foïs (As Bestas), Vicky Luengo (Suro), Bárbara Lennie (Los renglones torcidos de Dios) o Anna Castillo (Girasoles silvestres), ella es la gran favorita a alzarse con el preciado 'cabezón'.

Todo, además, gracias a su papel en Cinco lobitos, donde interpreta a una madre primeriza que regresa a casa de sus padres en su pueblo del País Vasco para descubrir cómo consiguieron criarla a ella, aunque por el camino descubra que no por ser madre se deja de ser hija. Un rol que ya le ha hecho levantar la estatuilla de los Premios Forqué y los Premios Feroz y, junto a su compañera Susi Sánchez, el reconocimiento del Festival de Málaga. Una posible gran noche que poca gente hubiese pensado para una mujer cuya vocación por la interpretación le llegó más tarde de lo habitual.

"Me acuerdo hasta de la fecha exacta en la que decidí darme un tiempo para probar la actuación: era el 8 de agosto de 2011, e iba con mi chico conduciendo de Barcelona a Madrid porque me habían dado un papel para una serie diaria, y había hablado con mi agencia para pedir un año fuera del trabajo", confesó al diario El País sobre el momento en el que, se puede decir, lo consiguió.

Hasta entonces, Costa, que una semana después de la ceremonia de esta noche cumplirá 38 años, era una barcelonesa hija de un contable y una taxista que había estudiado y se había graduado en la carrera de Relaciones Públicas y Marketing en la Universidad Ramón Llul de la propia ciudad condal. Su sueño de la infancia, jugar al baloncesto, se antojaba complicado a esas alturas, pero otro estaba a punto de aparecer antes sus ojos y de hacerse realidad.

Ponerse a interpretar vidas ajenas era algo que ni siquiera entraba en su radar hasta que llegó... su hermana. "Nos apuntamos a un curso de verano en la escuela de teatro de Nancy Tuñón de Barcelona, y así empezamos, por casualidad", admitió en una entrevista con El Mundo en la que también explicó que perdió el miedo a hablar en público -tiene una enorme facilidad para los idiomas- gracias a un curso de verano en Irlanda con el que dejó de "suspender inglés".

"Yo no crecí pensando que ser actriz podía ser una profesión; en mi colegio ni siquiera había Bachillerato Artístico", explicó en la entrevista con El País. Es por ello que trabajó como publicista (con marcas como Ikea, Gemma o Kymko) en una agencia de comunicación, que fue a la que pidió margen para poder rodar aquella serie (Bandolera, para Antena 3).

Según Laia Costa, como sus padres son "de una generación en la que la gente trabajaba en la misma empresa toda la vida" y nunca tuvo "referentes" dentro de la interpretación, "al principio se lo tomaron como hobby" pero cuando les dijo "que iba a dejar la agencia, se preocuparon". Sin embargo, su tesón obtuvo su recompensa: papeles en en Pulseras Rojas, Tengo ganas de ti o El tiempo entre costuras en sus primero años así lo atestiguan.

"Como actriz, estuve dos años trabajando sin parar, pero cuando me preguntaban a qué me dedicaba seguía diciendo que era ejecutiva de cuentas", rememoró. Sin embargo, llegó Victoria. Con dicha película, rodada en un único plano secuencia de dos horas, el mundo se fijó en ella: primera española en ganar un Lola (los Goya alemanes) a mejor actriz protagonista, Premio Gaudí, nominaciones en los European Film Awards y como estrella emergente en los Bafta británicos...

Y de ahí a trabajar con Jean Reno, Isabel Coixet, Antonio Banderas, Olivia Wilde, Patrick Dempsey, Oscar Isaac, Mia Wasikowska o Ricardo Darín. Pero para seguir con los pies en la tierra tiene a David López, su marido y su "regalo para un proyecto de vida". "Me dice que yo soy como un globo. Cuando ruedo, tengo que volar para explorar lo que ese proyecto pide de mí, pero a veces me cuesta un poco volver a la Tierra. Y él me hace de cuerda. Me dice: 'Vete hasta la Luna, hasta Plutón, hasta donde quieras, y, cuando acabes, me avisas'. Y entonces va tirando del hilo hacia abajo y yo voy volviendo a mi casa, a mis gatos, a nosotros, a la vida real", señaló.

Le conoció en la universidad, cuando no había comenzado siquiera a actuar, y por eso le hace "de pies". Lejos del mundo del expectáculo, trabaja en un puesto de directivo para una multinacional, razón por la que viven en Miami. Y allí fue donde nació su primera hija en mayo del año 2020, durante la pandemia. "Fue duro, pasé aquí [en Miami] el embarazo y el parto. Pese a todo, me enamoré del proceso. Di a luz en casa y me he certificado como doula", contó a El Mundo.

Eso no significa que no crea en la medicina ni que abogue porque los partos se realicen, como el suyo, en el hogar (no por nada varios estudios demuestran que así se aumenta el riesgo de muerte del bebé o, incluso, de la madre): "Me eduqué mucho sobre el tema para tener a la niña fuera del hospital debido al covid. Me sentí muy segura. Estuve todo el rato acompañada de mi marido y una doula y una partera-enfermera, dos mujeres súper preparadas. Fue una experiencia muy bonita.Todas las parteras tienen un hospital de referencia, ellas no corren riesgos. A la mínima se van al hospital".

Ahora, como madre, se ha enfretando al riesgo de interpretar en pantalla a una y la conclusión a dicha historia puede estar en que se lea o no su nombre como ganadora de un premio Goya. Nada mal para alguien que apenas lleva una década en la profesión.

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