Daniel Hernández Pons no existe. El nombre responde a una identidad falsa adjudicada a un agente de la Policía del que solo se conocen las iniciales D.H.P. 'Dani', como se le conocía en los movimientos sociales de Barcelona en los que se infiltró, mantuvo durante el ejercicio de su labor policial varias relaciones sexoafectivas con hasta ocho mujeres que desconocían su verdadera identidad, según reveló el periódico catalán La Directa. 

Cinco de estas mujeres se han querellado con el agente, al que acusan de delitos de abusos sexuales continuados, tortura o contra la integridad moral, descubrimiento de secretos e impedimento del ejercicio de los derechos civiles. Sus abogadas alegan que la supuesta infiltración del policía supone "violencia sexual institucionalizada", dado que habría utilizado las relaciones con las activistas "para acceder a sus informaciones íntimas, personales y políticas" con el objetivo de entrar en espacios políticos de la sociedad civil. 

¿Qué diferencia a un policía infiltrado de uno encubierto?

Hernández Pons actuó como agente infiltrado, un rol diferente al del policía encubierto, tanto en la tutela de sus acciones como en el objetivo de las mismas. Los agentes infiltrados están controlados por la Comisaría General de Información de la Policía y sus acciones no dependen de ningún dictamen judicial. Su meta es integrarse en colectivos sociales radicales y violentos para conseguir información relevante y evitar, de esta manera que se produzcan altercados ilícitos y disturbios en la vida pública. 

Cuando la sección de Información de la Policía Nacional plantea una acción de este tipo, "se hace un perfil previo y se valora qué agente puede ser el indicado en base a unos parámetros", según aclara a 20minutos el portavoz del sindicato JUPOL, Pablo Pérez. El agente tiene la opción de negarse a hacer el trabajo, pero si lo acepta deberá adoptar su nueva identidad, que le es adjudicada, durante las "24 horas del día". A lo largo de la operación, el seguimiento se hace "de oficio" por parte de quien haya organizado la infiltración, señala Pérez. 

Este diario ha consultado a fuentes de la Policía Nacional cuál es la normativa por la que se rigen estas operaciones y las razones que las justifican, pero dichas fuentes no han querido hacer declaraciones.

Las normas que rigen a los infiltrados son, en todo caso, más opacas que las de los agentes encubiertos. Este segundo grupo se dedica a infiltrarse en grupos relacionados con el crimen organizado o bien con el terrorismo. Para realizar su labor deben contar con la autorización de un juez, que firma permisos por el plazo de seis meses con opción a prórroga. A diferencia de los agentes infiltrados, los encubiertos deben pedir permiso al juez, juez instructor o fiscal correspondiente cuando van a cometer un delito. "Cuando hablamos de hechos delictivos, el policía encubierto en ocasiones se ve obligado a, por ejemplo, traficar con estupefacientes para mantener su coartada", explica Pérez. "En estos casos debe pedir previamente una autorización". 

Entre los policías infiltrados, sin embargo, no es tan común la comisión del delito. Lo que sí ocurre es que el agente se ve expuesto a ser sancionado, por ejemplo por participar de una manifestación. De hecho, esto le ocurrió al querellado, que participó en varias movilizaciones contra el encarcelamiento del rapero Pablo Hasel o contra los desahucios. 

¿Cómo se justifica la infiltración de Hernández?

El Ministerio del Interior justificó la infiltración de agentes de inteligencia en Cataluña a través del informe 'sobre el empleo de agentes de inteligencia por parte de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional', al que ha tenido acceso la Cadena SER. Según el documento, estas operaciones quedan justificadas ante la "multitud de situaciones donde se ha producido violencia grave y se ha visto afectado tanto el libre ejercicio de los derechos y libertades como la seguridad ciudadana" con acciones que "pretenden alterar la estructura territorial del Estado".

La Comisaría General de Información alega a este mismo medio que "la estrategia independentista ilegal busca involucrar al máximo número de colectivos de todo tipo, ya sea políticos, asociativos, populares sectoriales, universitarios o de cualquier otra naturaleza". 

¿Qué normas regulan las acciones del infiltrado?

La normativa bajo la que se amparan las acciones de los agentes infiltrados es competencia de la sección de Información, y su contenido no es público. Tal y como dicta la ley de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, estos agentes deben "proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana". Para ello, deben "captar, recibir y analizar cuantos datos tengan interés para el orden y la seguridad pública, y estudiar, planificar y ejecutar los métodos y técnicas de prevención de la delincuencia".

En cuanto a la posibilidad de mantener relaciones sexoafectivas como parte de la operación, el portavoz de JUPOL señala que, "el agente debe vivir en su identidad falsa durante las 24 horas del día, por lo que tiende naturalmente a relacionarse con los integrantes de los grupos en los que se infiltra". "Ningún superior va a ordenar al agente que mantenga relaciones para conseguir información, por lo que es imposible probar que este es el objetivo del encuentro sexual".