El cuestón de febrero. Ha comenzado el segundo mes de 2023 y mientras Pedro Sánchez pregona orgulloso la buena salud de nuestra economía, las malas noticias se acumulan hasta desbordar nuestros bolsillos. Ayer cayeron tres seguidas, así, sin anestesia. Por un lado, el paro, que añade decenas de miles de españoles a la cola tras la campaña navideña. Por otro, la dolorosa visita a las gasolineras: ya no hay descuento de 20 céntimos y el precio de los carburantes vuelve a dispararse. Y para terminar, el tema de los tipos de interés, cuyo lenguaje cuesta entender pero cuyo efecto se avecina devastador, con hipotecas encareciéndose por encima del 50% y la señora Lagarde avisando de que esto es el principio. Estamos apañaos.