El pasado diciembre se cumplía un año del fallecimiento de Carlos Marín, cantante español de Il Divo. Su muerte desató una guerra entre su familia y Geraldine Larrosa, su expareja, que aún dura en la actualidad.

Lejos de calmarse las aguas, los problemas no hacen más que crecer. En verano, Rosa Marín, su hermana, acusó a su excuñada de "intentar arruinarles y llamarles continuamente", lo que  provocó un ataque de ansiedad en su madre.

El principal motivo de enfrentamiento es que el cantante dejó escrito en su testamento que su piso, valorado en casi 700.000 euros y que todavía tiene una hipoteca pendiente de 300.000 euros, quedaría como herencia para Geraldine.

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"La beneficiaria quiere que la casa se le entregue libre de cargas, que sea la madre de él quien pague los atrasos y el monto total", confesó el abogado de la familia.

Unas declaraciones a las que respondió la viuda del artista. "Está en manos de mis abogados por acusaciones falsas", reveló la exmujer.

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Meses después, la madre de Carlos acusó a Geraldine de estar viviendo en el piso del cantante durante este tiempo de ausencia. "Lleva un año sin pagar", denunció públicamente. 

Ahora es ella la que reacciona. "La hermana me echó nada más morir él de la empresa que habíamos creado Carlos y yo", declara a Pronto. "Siempre tuvo envidia de los logros de Carlos y de nuestra vida en común. Ha llegado a decirme que nos quiere ver a mi hija y a mí viviendo debajo de un puente. Lo de esa señora es humillar por humillar".

Además, Geraldine asegura que "hay un seguro que cubre todas las deudas de Carlos" y que el tema está en mano de sus abogados.