La muerte de Carlos Marín, de Il Divo, ha desatado una guerra entre su familia y Geraldine Larrosa, su expareja. Siete meses han pasado ya de su fallecimiento y los problemas solo crecen. Rosa Marín, su hermana, ha acusado a su excuñada de "intentar arruinarles y llamarles continuamente", lo que ha provocado un ataque de ansiedad en su madre.

El principal motivo de enfrentamiento es que el cantante dejó escrito en su testamento que su piso, valorado en casi 700.000 euros y que todavía tiene una hipoteca pendiente de 300.000 euros, quedaría como herencia para Geraldine.

"La beneficiaria quiere que la casa se le entregue libre de cargas, que sea la madre de él quien pague los atrasos y el monto total", confiesa el abogado de la familia. Ante estas declaraciones, Geraldine ha contado a la revista Semana su versión.

"Está en manos de mis abogados por acusaciones falsas", revela la exmujer, que asegura que no se va a quedar parada ante cualquier cosa que ocurra. También opina lo mismo sobre la guerra por los derechos de imagen del cantante, que están en entredicho.

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Geraldine se encuentra totalmente dolida por estos acontecimientos, pues siempre se ha mostrado adorando a Carlos Marín. "Estoy muy triste. Ya acusaron a los de Il Divo y como no pudo demostrar nada, ahora me viene a molestar a mí. Voy a hacer un escrito con mis abogados. Su madre y yo tenemos suficiente confianza para hablar entre nosotras. Todo queda en manos de mis abogados por acusarme de cosas falsas, coaccionarme e insultarme", dice tajantemente.