"Estaba por la calle Ancha mirando escaparates y, de repente, he visto a muchísima gente correr desde la plaza Alta". Así comienza a relatar a 20 minutos Maculi, vecina de Algeciras, lo que estaba haciendo apenas segundos después de que un hombre de origen magrebí, que ya ha sido detenido, asesinase con un machete a un sacristán e hiriese a otras cuatro personas tras el asalto a una iglesia y una parroquia situadas en el centro de la ciudad gaditana.

Según el diario local Europa Sur, el detenido se dirigió primero a la parroquia de San Isidro, donde hirió de gravedad con un machete al párroco Antonio Rodríguez, que ya ha sido estabilizado en el Hospital Punta Europa de Algeciras. Después de dicho ataque, el presunto terrorista se dirigió a la iglesia de La Palma, cerca de la parroquia. El atacante irrumpió en lugar al grito de "¡Alá!" y comenzó a destrozar parte del mobiliario de la iglesia. Llegó incluso a subir hasta el altar mayor, según relatan varios testigos citados por el medio. 

En ese momento, el sacristán asesinado, llamado Diego Valencia, se enfrentó a él y le exigió que saliera del lugar. Fue entonces cuando el presunto terrorista comenzó a perseguirle y este intentó huir. El sacristán salió por la puerta de la iglesia y corrió hasta la céntrica plaza Alta de la ciudad, a apenas unos metros del templo. El detenido lo alcanzó y fue cuando lo acuchilló con el machete.

"La primera persona a la que vi correr fue a una mujer con un carrito de bebé. Corría despavorida. Detrás de ella comenzó a salir más gente, entre ellas una señora que gritaba: '¡Lo han matado! ¡Lo han matado!", cuenta Maculi. La vecina algecireña se acercó entonces a la señora que, según afirma, "estaba con la cara desencajada". "Le pregunté qué estaba pasando, y ella solo me decía: '¡Lo han matado! ¡Lo han matado! ¡Le ha dado con el machete en la cabeza y lo han matado! En ese momento, comenzaron a llegar coches de policía por la calle, que es peatonal. Policía normal, secreta, de todo... Y los agentes empezaron a preguntar qué estaba pasando". En ese instante, Maculi decidió irse a casa de su madre, a apenas 200 metros del lugar, para, ante la incertidumbre de lo que ocurría, estar a salvo.

Además del sacristán asesinado y el párroco herido de gravedad, hay otras otras tres personas que también resultaron heridas, aunque de carácter leve. La Audiencia Nacional investiga en estos momentos como un posible ataque terrorista lo ocurrido. El alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, ha trasladado el pesar, tanto a título personal como en nombre y representación de la Corporación municipal, por la muerte de Diego Valencia, y ha deseado una pronta recuperación al párroco Antonio Rodríguez. El regidor ha decretado un día de luto oficial en la ciudad.