Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La libertad de Anabel Alonso

Anabel Alonso, ganadora de Masterchef
Anabel Alonso, ganadora de Masterchef
RTVE
Anabel Alonso, ganadora de Masterchef

Hubo un tiempo en el que los programas de entretenimiento y la ficción se visualizaban como talentos separados e incluso incompatibles. No se podían entremezclar, o los actores perdían ese sello intangible denominado prestigio. Carmen Maura no creyó en tal mantra y aceptó en los ochenta presentar Esta noche. Un espacio de entrevistas y varieté. Lo hizo con tanto carisma que su carrera como actriz cogió impulso. Ser presentadora no restó nada, simplemente hizo que trabajara más.

Los límites snobs entre ficción y televisión se han ido desmontando con el paso de los años. No sólo por absurdos, también por la ignorancia de desconocer que, desde sus orígenes, el buen entretenimiento televisivo siempre ha aprendido de la dramaturgia del teatro y el cine. El 'Un, dos, tres...' de Chicho Ibáñez Serrador tenía mucho de la planificación de 'Historias para no dormir'. Las dos propuestas se construían con la emoción del suspense en primer plano.

A menudo, la sociedad se inventa líneas rojas falsas entre estatus, actitudes, talentos y profesiones. Y una de las artistas que mejor desmonta terrores favoritos de los medios de comunicación es Anabel Alonso. Esta misma semana, hemos visto como ganaba la edición navideña de celebrities de Masterchef o el viernes estuvo de jurado en el especial de Tu cara me suena de la noche de reyes. Series, cine, teatro, programas, concursos... De 'Objetivo indiscreto' a 'Amar es para siempre'.

Anabel Alonso ha conseguido estar por encima de las cadenas. Puede trabajar a la vez para TVE o Atresmedia. Su talento y reconocimiento está por encima de vínculos de canales. Pero, además, ha logrado un estatus mucho más importante para la vida: no censurarse en redes sociales por miedo a vetos. Sabe su responsabilidad cuando está ejerciendo una función en un trabajo pero, también, se permite ser honesta consigo misma cuando sólo se representa a sí misma. 

Mientras una silenciosa mayoría se ve obligada a callar por el miedo a que no les llamen de uno u otro lado, Anabel Alonso se ha saltado este tipo de recomendaciones hasta demostrar que es compatible compromiso y trabajo. Claro que es compatible. De hecho, esa honestidad es la única forma de acercarse a la libertad real. No confundir con egoísmo circunstancial. Que últimamente pasa demasiado. 

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