El Banco de España prevé ahora que España esquivará la recesión, pero la inflación seguirá por encima del 3,5% aún en 2024

La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, interviene en el Senado el pasado martes.
La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, interviene en el Senado el pasado martes.
KIKO HUESCA / EFE
La vicepresidenta primera del Gobierno, Nadia Calviño, interviene en el Senado el pasado martes.

Los españoles tendrán que soportar una inflación superior al 3,5% al menos durante los próximos dos años, pero el país será capaz de esquivar la recesión técnica que amenaza a Europa. Así lo certifica el Banco de España, que ha publicado este martes su informe de proyecciones macroeconómicas de final de años. Nadie dudaba de que 2022 será un año con un aumento de los precios sin precedentes en casi cuarenta años. Y también se da por hecho que la inflación caerá con fuerza en 2023, aunque seguirá siendo elevada. Sin embargo, ahora, el Banco de España vaticina que el ritmo al que aceleran los precios seguirá todavía claramente por encima de la meta del 2% que se marca el Banco Central Europeo (BCE) también en 2024. El motivo principal será el efecto que tendrá sobre los precios la retirada de las medidas gubernamentales de apoyo contra la inflación, que decaerán por completo ese año, según estima el supervisor bancario.

El documento conocido hoy apenas revisa la senda de crecimiento económico para los próximos años, que se mantiene estable con ligerísimas variaciones. El supervisor estima que la economía avanzará un 4,6% este año, dos décimas más que lo que vaticinó el Gobierno cuando elaboró los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023. 

El crecimiento frenará en seco en 2023, año en el que el PIB avanzará apenas un 1,3%, una décima menos que lo que la institución que preside Pablo Hernández de Cos previó en octubre y ocho décimas menos que el margen con el que el Ejecutivo ha diseñado las cuentas públicas. Tras el parón del año próximo, la economía volverá a coger impulso y avanzará un 2,7% en 2024, para después frenarse ligeramente y crecer un 2,1% en 2025. La de 2025 es la primera previsión que un organismo público difunde para ese año.

Pero los cambios más importantes se producen en las proyecciones de inflación, que sufren una modificación destacada. Las sorpresas a la baja en los últimos informes del IPC han llevado al Banco de España a rebajar su previsión de inflación este año hasta el 8,4% (tres décimas menos). Una revisión que también se extiende al año próximo, ejercicio en el que el supervisor prevé que los precios crezcan un 4,9% (siete décimas menos).  

Las razones para esta rebaja tienen que ver con unas expectativas más favorables de los precios energéticos, pero también con la prórroga de buena parte de las medidas del plan de choque contra la inflación del Gobierno. El supervisor cuenta ahora con que las rebajas fiscales a la energía (excluyendo la subvención a los carburantes), la congelación de los alquileres, la gratuidad del transporte ferroviario y las bajadas del precio del abono transporte estarán vigentes durante todo el año.

Y es, precisamente, la desaparición total de esas medidas en 2024 lo que ha llevado al Banco de España a plantear que la inflación será dentro de dos años más alta de lo que se pensaba hace solo unos meses. En concreto, creen que el IPC promedio del año se elevará hasta el 3,6%, casi dos puntos más de lo que previó en octubre. Hay que tener en cuenta que las medidas de apoyo mantienen algunos de los productos que más se han encarecido en precios artificialmente bajos. Cuando el paquete finalice, estos precios subirán automáticamente, con las repercusiones que esto tiene sobre la inflación.

Además, ese proceso de desinflación no será igual para todos los productos. Las recientes bajadas en la inflación se deben, fundamentalmente, a la caída en el precio de los productos energéticos. Sin embargo, el precio de los alimentos ha seguido subiendo estos meses, aunque las alzas se han moderado. De hecho, el Banco de España cree que las empresas seguirán trasladando a sus precios de venta el aumento de costes que han sufrido estos meses todavía durante un tiempo.

Despertar después del invierno

El supervisor bancario señala que el crecimiento desaceleró "sustancialmente" en el tercer trimestre. Un frenazo que obedeció al impacto de la crisis energética, la inflación, las subidas de tipos de interés y el deterioro generalizado de la confianza de consumidores y empresas. En este aspecto, también se notó el menor tirón de algunos sectores que habían destacado durante el segundo trimestre, como es el caso del turismo.

Los pronósticos del Banco de España apuntan a que la economía seguirá débil también en el primer trimestre del año próximo, en un contexto en el que la inflación aún será elevada y los tipos de interés seguirán subiendo. No obstante, el plan de choque y los fondos europeos contribuirán a impulsar la actividad, con un crecimiento muy leve que permitirá al país esquivar la recesión técnica.

Ya a partir del segundo trimestre se espera que la actividad despegue de nuevo a medida que la inflación va remitiendo y la crisis energética mejora. Con la trayectoria que plantea el Banco de España, el país podría recuperar el PIB prepandemia entre finales de 2023 y principios de 2024.

Buena parte del crecimiento económico esperado para estos próximos años descansa en el consumo, que está aguantando sorprendentemente bien pese a la fuerte pérdida de poder adquisitivo gracias a la resistencia del empleo. Durante el cuarto trimestre, la afiliación a la Seguridad Social ha seguido avanzando, además, con un peso creciente de la contratación indefinida, señala el Banco de España.

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