La subida de tipos de interés anunciada la semana pasada por el Banco Central Europeo (BCE) no será la última. El vicepresidente de la institución, Luis de Guindos, ha avisado este lunes de que el organismo europeo mantendrá su política monetaria restrictiva hasta que las proyecciones apunten al cumplimiento del objetivo de estabilidad de precios marcado por la propia Unión Europea, algo que, según el exministro de Economía, "no está cerca todavía".

"Habrá más subidas de tipos, ¿hasta cuándo? Soy honesto, no lo sé", ha afirmado De Guindos en un desayuno informativo en Madrid. Según el vicepresidente, el BCE solo parará cuando sea posible cumplir con el objetivo de inflación del 2%, una meta lejana a la media del 10,1% registrada en el mes de noviembre en la eurozona. De hecho, el propio organismo revisó la semana pasada sus proyecciones, que prevén que el IPC cierre el año en una media del 8,4% y se reduzca progresivamente hasta el 6,3% en 2023, el 3,4% en 2024 y el 2,3% en 2025.

Por tanto, las predicciones apuntan a que la inflación se mantendrá por encima del objetivo de estabilidad durante los próximos tres años. Sin embargo, según el exministro, se descarta mover ese objetivo. "No vamos a revisar absolutamente nada y menos cuando la inflación es del 10%. Mandaríamos un mensaje que generaría muchísima incertidumbre", ha justificado. "El BCE está comprometido con la estabilidad de precios y es muy importante que sea un compromiso creíble", ha agregado.

De Guindos ha señalado que las próximos subidas de tipos continuarán "a una velocidad parecida" a los 50 puntos básicos acordados en la reunión de la semana pasada. Con la subida del pasado jueves el interés al que el BCE presta a la banca comercial o remunera sus depósitos, es decir, el precio oficial del dinero se situó en el 2,5%, una cifra sin precedentes desde diciembre de 2008, que seguirá aumentando en los próximos meses.

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"Las medidas tomadas hasta ahora no son suficientes, tenemos que tomar medidas adicionales", ha defendido, tras recordar que nos encontramos en un contexto de desaceleración de la actividad económica en el que es posible que haya una recesión técnica a comienzos del próximo año en caso de que se encadenen dos trimestres seguidos con tasas de crecimiento negativas. En todo caso, el exministro ha explicado que los peores datos llegarán en 2024 por el "efecto escalón" que se producirá al retirar  a lo largo de 2023 las medidas orientadas a amortiguar la inflación.

Ese entorno de menor crecimiento y las previsiones, revisadas al alza la semana pasada, justifican, según De Guindos, la política monetaria restrictiva del BCE, que ha reconocido que puede generar un "potencial conflicto" con la política fiscal expansiva que están llevando muchos Gobiernos europeos, entre ellos el español. "Si los mercados empiezan a detectar incompatibilidad entre ambas políticas -monetaria y fiscal- habrá subidas de los tipos de interés en los mercados y eso puede tener impacto en la estabilidad financiera", ha explicado, poniendo como ejemplo la crisis vivida en Reino Unido hace apenas unas semanas.

"Si la política fiscal no es la correcta, la monetaria puede ser aún más restrictiva", ha advertido, insistiendo en que la primera debe orientarse hacia los más vulnerables. En ese sentido, aunque ha evitado pronunciarse sobre propuestas concretas, De Guindos ha afirmado que es "razonable" adoptar medidas orientadas a amortiguar el alza en el coste de las hipotecas, como consecuencia de la subida de tipos. "Creo que es razonable intentar aliviar el coste de la subida de tipos en una situación de desaceleración del PIB e inflación alta como la actual", ha expresado. "La inflación afecta con más intensidad a las rentas bajas", ha añadido.

"Mayor transparencia"

Entre las medidas adoptadas por el Ejecutivo de Pedro Sánchez, se encuentra el impuesto a la banca, un gravamen sobre el que el BCE publicó un dictamen a principios de noviembre en el que pedía un "análisis exhaustivo" de la medida para evitar "riesgos a la estabilidad financiera". "Es un informe del BCE, no de Luis de Guindos", ha precisado al respecto el vicepresidente, que ha aclarado que se trata de un informe técnico que no es vinculante.

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Asimismo, el exministro también se ha referido a la polémica en torno a la pérdida de representatividad del paro ante el aumento de los fijos discontinuos. Al tener un contrato en vigor, las personas contratadas bajo esta figura que busquen empleo durante su periodo de inactividad no se contabilizan como parados, sino como demandantes de empleo ocupados. Aunque "la contabilización siempre ha sido la misma", De Guindos ha reconocido que "lo que sí ha cambiado es la relevancia" del número de fijos discontinuos, que han aumentado a raíz de la reforma laboral. "Es importante tener mayor transparencia", ha pedido.

No obstante, según el vicepresidente del BCE, las expectativas del mercado laboral son "positivas". "La evolución del mercado laboral es positiva y eso es especialmente tranquilizador desde la perspectiva de la estabilidad financiera, porque el paro va muy ligado a la solvencia de las familias", ha explicado.