Los europarlamentarios de los partidos de izquierda le reprochan "servilismo ante la banca", reflejar un "conflcito de intereses" por su trayectoria profesional y "agravar la crisis" en España con sus políticas.
El ministro defiende poseer una "visión de conjunto para saber qué medidas tomar en cada momento" y garantiza que trabajará con "lealtad a la independencia del BCE".