Las negociaciones entre la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid y los médicos y pediatras de Atención Primaria ha entrado en punto muerto. Tras no llegar a ningún acuerdo en la quinta reunión entre ambas partes para poner fin a la huelga indefinida que comenzó el pasado 21 de noviembre, el  Comité de Huelga ha decidido encerrarse en la Dirección General de Recursos Humanos desde este mediodía, al estilo 'La Casa de Papel', realizando una serie de peticiones.

Los diez miembros del sindicato convocante de la huelga, Amyts, han pedido hablar con la directora general de Recursos Humanos, "como ya habían solicitado"; que les facilite un método para que reciban comida, ya que "la que había en la máquina (cuatro cosas) parte está caducado"; "medicación y otros ítems necesarios" o "fruta". Además, han pedido un interlocutor para continuar la reunión, que el sindicato no ha dado ni dará por finalizada, han asegurado, hasta que se encuentre una solución a este conflicto sanitario. 

Como consecuencia de este encierro, y que a las 18.00 horas ya es de noche, han resaltado que "obviamente" no se les apague la luz mientras permanezcan en el interior de la Consejería.

Los médicos de Amyts se encierran en la Consejería y exigen que acuda "un interlocutor válido"

La secretaria general y portavoz de Amyts, Ángela Hernández, ha mostrado su malestar ante los medios de comunicación en un receso del Comité de Huelga al comprobar que, una vez más, no acudía a la reunión ni el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero, ni nadie con "competencias para asumir nuestras demandas". Por parte de la Consejería acudían nuevamente el director del Proceso Integrado de Salud, Juan José Fernández, y la directora de Recursos Humanos del Servicio Madrileño de Salud (Sermas), Raquel Sampedro.

Hernández ha denunciado que los interlocutores actuales, el director general de procesos integrados, la directora general de RRHH y la gerente de Atención Primaria están actuando "como convidados de piedra" en dichas reuniones. "Tenemos ahí un problema muy grave. Hablamos dos idiomas completamente diferentes", ha lamentado.