Las trampas a evitar para que no te la 'peguen' estas Navidades con juguetes falsificados y hayas despilfarrado tu dinero

Juguetes falsificados intervenidos en una operación policial.
Juguetes falsificados intervenidos en una operación policial.
POLICÍA NACIONAL
Juguetes falsificados intervenidos en una operación policial.

A principios de este mes de diciembre, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria desmantelaron en el polígono Cobo Calleja de Fuenlabrada (Madrid) una red de distribución de juguetes falsos por estar vulnerando los derechos contra la propiedad industrial de diversas marcas. La actuación se saldó con la intervención de 170.000 artículos y la detención de un hombre de nacionalidad china. 

Esas imitaciones de juguetes originales estaban listas para venderse estas Navidades y su valor en el mercado habría sido superior a 1.200.000 euros, según las estimaciones policiales. Los defraudadores, no en vano, son conscientes de los suculentos beneficios que pueden obtener en la época navideña, donde el sector juguetero realiza el 75% de las ventas de todo el año

Dejando a un lado perjuicio económico para las empresas y sus trabajadores, las falsificaciones de juguetes suponen un fraude al consumidor al estar adquiriendo un producto de peor calidad y por tanto menos duradero; y su vez un peligro real para los más pequeños debido a que no han pasado los pertinentes controles de seguridad exigidos por la legislación vigente. 

Fuentes del sector juguetero consultadas por 20minutos señalan que muchos consumidores son engañados pero que otros se dejan llevar por el menor precio de estos artículos fraudulentos y que no son conscientes en ocasiones del riesgo que asumen con la salud de sus hijos. Explican que los falsificadores solo se limitan a copiar el juguete en su apariencia, sin respetar el tipo de materiales que componen el original y que han sido elegidos por los fabricantes atendiendo a razones de calidad y seguridad. 

"La seguridad empieza ya desde la fase de diseño, donde se realiza la evaluación de los riesgos asociados al juguete", afirma Cristina Miró, directora técnica de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ). "Copiar es fácil pero se hace ignorando las medidas de seguridad y los procesos control para poder ahorrar en costes, lo que hace que baje la calidad de los materiales del producto. La marca se paga porque tiene una reputación y ha fabricado ese juguete habiendo pensado solo en el niño", sentencia. 

Esta negligencia a sabiendas puede convertir el juguete en un producto peligroso. Entre los riesgos para los menores se encuentran las quemaduras y descargas eléctricas -en el caso de artículos que requieran carga eléctrica-, el riesgo de asfixia por la ingesta de piezas de pequeño tamaño o la toxicidad por el tipo de pintura empleada

"Se trata de juguetes que vulneran la normativa europea y que en la inmensa mayoría de los casos son de importación. Estamos hablando, por ejemplo, de un juguete para un niño pequeño -generalmente menores de 36 meses- con un filo cortante, con pequeñas piezas que puedan meterse en la boca o que contenga una pintura tóxica", asegura Rubén Sánchez, secretario general de FACUA-Consumidores en Acción.  

¿Cómo detectar si un juguete puede ser falso?

Hay ocasiones en las que las falsificaciones son detectadas a simple vista por su nefasta ejecución, pero también hay productos muy bien elaborados en apariencia y que pueden hacer dudar al consumidor por su parecido con el original. Entonces, ¿cómo saber si un juguete es falso? A continuación, algunas recomendaciones tanto desde la AEFJ como desde Europol que podemos seguir para evitar las trampas y detectar si estamos o no ante una imitación.

-Sospechar de un precio mucho más barato. Es el principal indicador y la pista más fiable. Si el juguete es mucho más barato que el que ofrecen el resto de vendedores hay sospechar porque las variaciones de precio de un producto original no son grandes. Esto está relacionado con la calidad del producto y los materiales empleados para su elaboración, generalmente más económicos y posiblemente menos duraderos. 

-Fijarse si el envoltorio de baja calidad. Un embalaje de mala calidad, como por ejemplo, plástico reutilizado o similar, o un envoltorio incompatible con el diseño del juguete pueden ser signos evidentes de falsificación. 

-Comprar en tiendas de confianza. Debemos procurar comprar siempre en tiendas de confianza o de las que tengamos buenas referencias, ya sean físicas o de comercio online. Si vemos el juguete a la venta en una tienda desconocida 

-Observar si las instrucciones no están en castellano y hay faltas de ortografía. Es una obligación legal que las instrucciones del producto estén en castellano. Si no está en español, hay faltas de ortografía o frases mal expresadas hay que desconfiar de inmediato.

-Comprobar el nombre del fabricante o vendedor. Cuando no tenemos referencias previas del fabricante o el vendedor hay que interesarse por buscar información. Hay ocasiones en las que compramos algún juguete a través de un marketplace (Amazon, Aliexpress...) y el vendedor no es la propia compañía de comercio electrónico sino un externo. En esos casos, es frecuente que el envío se haga directamente al domicilio y que no pase por los controles pertinentes. 

-Mirar bien las etiquetas. Los juguetes que se venden en España deben llevar en sus etiquetas el marcado CE, la etiqueta de seguridad eléctrica, el grupo de edad recomendado, las señales de peligro, la dirección y país de origen donde se ha fabricado y las instrucciones de seguridad. 

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