Joaquim Coll Historiador y articulista
OPINIÓN

El fracaso chino de la 'covid cero'

Protestas en China.
Protestas en China contra la política de 'covid cero'.
EFE
Protestas en China.

En un interesante hilo en Twitter, Alberto Lebrón, reputado analista económico en medios chinos, españoles y latinoamericanos, y residente en Pekín desde hace años, anunciaba que el Gobierno de Xi Jinping va a poner fin "a la gran farsa revolucionaria de la 'covid cero". En su extenso comentario, comparaba la política desarrollada en China para "erradicar" el virus con la locura que se desató en tiempos de Mao Zedong con la Revolución Cultural. El análisis de lo que ha pasado en el gigante asiático es aleccionador tanto por la importancia demográfica y económica de ese país como porque es la crónica de un fracaso estrepitoso. El fracaso de haber convertido la lucha contra la covid en un instrumento de propaganda para demostrar la superioridad del régimen comunista frente a las democracias occidentales. 

La realidad es que hoy China, tres años después del estallido de la pandemia, se encuentra en una encrucijada enorme. Por un lado, ni la población ni la economía soportan durante más tiempo esas durísimas medidas restrictivas y coercitivas. No solo ha crecido el paro, sino que ha habido incontables suicidios y motines. Pero, por otro, el regreso a la normalidad es muy difícil a corto plazo porque, como consecuencia de no haber dejado que el virus circulara y de una vacunación incompleta, el porcentaje de población inmunizada es muy bajo.

En Occidente, tras unos pocos meses de confinamiento, la estrategia fue la de convivir con el virus a medida que este se iba gripalizando y nosotros nos inmunizábamos de forma natural y también gracias a la protección de las vacunas. En cambio, en China, el régimen convirtió su política de 'covid cero' en una doctrina inamovible que persiguió el objetivo absurdo de "erradicar" el virus. Esa política no obedecía a una lógica sanitaria, algo de lo que la OMS advirtió a China en su momento, sino de afirmación nacionalista para subrayar las bondades del régimen. El Gobierno de Xi ha exhibido siempre como un triunfo la baja mortalidad por el virus frente a los millones de muertos en Occidente.

El régimen ha hecho creer a la población que la estrategia de la 'covid cero' era un acierto cuando científicamente ha sido un despropósito. Los continuos rebrotes han evidenciado su fracaso y las durísimas medidas del Gobierno han hecho de China un lugar invivible, de la que los extranjeros huyen y algunas empresas internacionales se han deslocalizado. Los férreos controles mediante QR, reconocimiento facial, pruebas PCR cada 48 horas, etc., son una locura que han convertido una dictadura en un régimen totalitario de tintes orwellianos. La superioridad que exhibía el régimen chino al principio de la pandemia se ha dado la vuelta y evidenciado su fracaso.

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