Bruselas propone un tope al precio del gas que no se activaría a menos que llegue a 275 euros, cifra superior al récord histórico de agosto

Evolución del precio del gas el verano pasado, cuando alcanzó picos históricos que raramente superaron el tope de 275 euros que plantea la Comisión Europea.
Evolución del precio del gas el verano pasado, cuando alcanzó picos históricos que raramente superaron el tope de 275 euros que plantea la Comisión Europea.
Mibgas
Evolución del precio del gas el verano pasado, cuando alcanzó picos históricos que raramente superaron el tope de 275 euros que plantea la Comisión Europea.

La Comisión Europea -y Alemania- se resistió durante meses a poner un precio máximo al gas natural que se compra en la UE y una vez que ante la demanda de los Estados miembros no tuvo más remedio que ponerse a ello el resultado ha sido un máximo que el pasado verano, cuando esta fuente de energía alcanzó picos históricos, no se habría activado más que unos días. Dos días antes de que los ministros de Energía de la UE se reúnan para aprobar el mecanismo que limitará el precio del gas, Bruselas ha detallado su propuesta, que supone activarlo solo si alcanza los 275 euros el megavatio hora en el índice holandés, el TTF, durante un periodo de dos semanas.

Dos días antes del Consejo de Energía, la Comisión ha desvelado qué precio debería alcanzar el gas natural para que se active automáticamente el mecanismo que lo limitará. "El instrumento propuesto consiste en un precio tope de seguridad de 275 euros" en el mercado de futuros a un mes del TFF.

El precio máximo al que la UE comprará el gas natural será por tanto de 275 euros, siempre que exceda este precio durante dos semanas. Además, como segunda condición, tendrá que suceder que los precios del TTF -muy vinculados al gas ruso que llega a Europa por gasoducto y, por tanto, muy distorsionados por la guerra en Ucrania- superen en 58 euros el precio de referencia del gas natural licuado -el que llega por barco, más barato que el anterior- durante 10 días hábiles consecutivos en un periodo de dos semanas.

"Cuando ese den estas condiciones", dice la Comisión, se desencadenará un procedimiento de información pública y a instituciones como el BCE y la Autoridad Europea de los Mercados, que durará un día. Al día siguiente, entrará en vigor el mecanismo y las órdenes que excedan el precio de 275 euros no se aceptarán, explica la Comisión sobre un mecanismo que eventualmente empezará a funcionar a partir del 1 de enero de 2023.

Situación de alerta

Si esto ocurre y la UE fija un límite al precio que está dispuesta a pagar por el gas, la Comisión quiere asegurarse de que un gas más 'barato' no hace aumentar su consumo. Para ello, propone que la activación del mecanismo de control de precio vaya acompañado de la declaración por parte de la Comisión de la situación de "alerta", en la que los Estados miembros están obligados a recortar un 15% su consumo de gas -o 7% en el caso de España-. "Los Estados miembros deberán notificar en un plazo de dos semanas qué medidas han tomado para reducir el consumo de gas y electricidad".

A la inversa, este mecanismo de control de precios "se suspenderá inmediatamente en cualquier momento" en dos supuestos. El primero, "automáticamente", cuando la diferencia de 56 euros entre el gas en el mercado FFT y el de gas natural licuado no se alcance durante 10 días consecutivos. Se suspenderá mediante una decisión de la Comisión, cuando "se identifiquen riesgos para la seguridad de abastecimiento [de gas], los flujos dentro de la UE, la demanda o la estabilidad financiera".

También quedará sin funcionamiento si "autoridades relevantes" como el BCE alertan de estos riesgos, añade la Comisión en su comunicado.

No habría limitado la escalada del verano

La Comisión defiende que este "mecanismo de corrección del mercado" servirá para "proteger los negocios y hogares de la UE de episodios de precios del gas excesivamente elevados". Pero lo cierto es que el precio tope de 275 euros que plantea Bruselas no podría haberse activado prácticamente ninguno de los días en los que el gas natural escaló hasta precios récord en verano pasado, especialmente en agosto.

Si el precio ordinario de compra se situaba en torno a los 50 euros antes de que empezara la guerra energética de Rusia contra la UE, durante todos los días de agosto superó los 200 y los 250 euros, en algunas ocasiones con creces. Sin embargo, solo durante la última semana del mes los precios se desbocaron de tal manera que se pusieron por encima de los 275 euros que ahora Bruselas propone como la señal de precio que activará el mecanismo que lo limitará. En consecuencia, todo lo que quede por debajo de este valor se seguirá vendiendo y comprando con normalidad, aunque suponga multiplicar por cuatro o por cinco el precio que solía tener el gas natural.

Según indica en su comunicado, la Comisión solo considera inaceptable estos máximos históricos de finales de agosto, cuando el gas llegó incluso a los 300 euros Mwh, seis veces más de lo que era habitual, pero no cotas inferiores e igualmente superiores al precio ordinario del gas. "Los picos extremos de precios en las dos últimas semanas de agosto -en algunos de cuyos días estuvo por debajo de los 275 euros que se proponen ahora para activar el mecanismo de control de precios- fue muy perjudicial para la economía europea", dice la Comisión. Plantea un mecanismo "para evitar que se repitan esos episodios" de final de agosto.

Gobiernos impacientes

Los gobiernos europeos analizarán dentro de dos días en Bruselas esta propuesta, en un nuevo Consejo de Energía en el que se sientan países como Alemania o Países Bajos, que siempre rechazaron limitar el precio del gas para evitar que los productores optaran por otros mercados en un momento de riesgo de desabastecimiento, pero también una quincena de Estados miembros entre los que se encontraba España que a finales de septiembre empezaron a ponerse serios con la Comisión Europea -en concreto, con su interlocutora, la comisaria de Energía, Kadris Simson- para exigir un tope al precio de gas que fuera más allá de una mera sanción para limitar el gas ruso, como planteaba entonces Bruselas.

El tira y afloja continuó a nivel de jefes de Estado y de Gobierno en el Consejo Europeo de octubre, en el que el límite al precio del gas fue el principal escollo, que lograron salvar de madrugada tras vencer la oposición del canciller alemán, Olof Scholz. En consecuencia, los Estados miembros encargaron a la Comisión una propuesta para crear el mecanismo de intervención de precios que ha desembocado en la propuesta para fijar un límite de 275 euros, superior al precio que ha alcanzado el gas prácticamente todos los días desde que empezó una crisis energética que con valores inferiores ha puesto en jaque a la economía europea.

Antes de hacerse pública esta propuesta, la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se mostraba este lunes confiada en que el Consejo de Energía del jueves ponga un freno a los precios excesivos del gas. "Muchos venimos reclamando una orientación de precios del gas", dijo en un coloquio organizado por La Sexta. "Cuando Europa pone el cartel de compro todo lo que me den, paga a precios elevadísimos", añadió, esperando que la Comisión plantease "una señal clara" de precios.

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