Bruselas rebaja la previsión de crecimiento para España al 1% en 2023, la mitad de lo que espera el Gobierno

Previsiones económicas del Gobierno y del resto de organismos
Previsiones económicas del Gobierno y del resto de organismos
Henar de Pedro
Previsiones económicas del Gobierno y del resto de organismos

La Comisión Europea se ha unido al consenso de los principales analistas nacionales e internacionales y ha rebajado fuertemente su expectativa de crecimiento para la economía española en 2023. Bruselas espera que el PIB español avance un 1%, la mitad de lo que ha previsto el Gobierno para elaborar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 (un 2,1%), así aparece en las previsiones económicas de otoño que la Comisión ha hecho públicas este viernes. El augurio de la Comisión va en la línea de lo que han ido deslizando en los últimos meses los grandes analistas institucionales como la OCDE (1,5%), la Airef (1,5%), el Banco de España (1,4%) y el FMI (1,2%), que prevén crecimientos en el entorno del 1% para 2023.

En todo caso, se espera que la economía española resista mejor que la mayoría de los países de su entorno. En concreto, la Comisión prevé que el PIB nacional rebote un 4,5% este año (frente a un 3,2% de media en la eurozona). El crecimiento previsto para 2023 también superaría el promedio de los países del euro (0,3%). Algo que se repetiría también en 2024, año en el que se espera que el PIB vuelva a tomar fuerza y avance un 2% (1,5% en la eurozona). 

Igualmente, conviene recordar que España es el único país junto a República Checa que todavía no se ha recuperado del golpe de la pandemia. La economía española está todavía un 2,2% por debajo de su nivel de PIB registrado en el cuarto trimestre de 2019 y según las previsiones de la Comisión Europea no volverá a esas cifras hasta 2024. 

En lo tocante a la inflación, Bruselas cree que España cerrará con un promedio en el IPC interanual del 8,5%, exactamente la misma cifra que prevé para el conjunto de la eurozona. En 2023 la inflación se reduciría hasta el 4,8%, una cifra claramente inferior a la que se espera para los países del euro (6,1%), y que quedaría también por debajo de las previstas para Alemania (7,5%) e Italia (6,6%), aunque algo por encima de Francia (4,4%). Ya en 2024, el IPC se situaría en el 2,3%, todavía tres décimas por encima del objetivo del Banco Central Europeo (BCE).

La Comisión recuerda que la inflación alcanzó un máximo en España el pasado julio y desde entonces se ha reducido al 7,3%. La moderación de la crisis energética el año que viene contribuiría a que los precios vayan cediendo, ayudados especialmente por la reducción del IVA al gas y la excepción ibérica. No obstante, la traslación de los precios de la energía a los alimentos garantiza que la inflación subyacente -que descuenta del cálculo los precios de la energía y los alimentos no elaborados- seguirá siendo elevada hasta 2024. 

Bruselas señala que el Gobierno ha gastado en lo que va de año un importe equivalente al 1,6% del PIB en medidas para mitigar el impacto de la inflación, algunas de las cuales el Ejecutivo ya ha anunciado que se prorrogarán también en 2023. Pese al aumento del gasto y las rebajas fiscales a la energía, el déficit público (la diferencia entre ingresos y gastos, incluidos intereses de la deuda) se reducirá notablemente este año. Del 6,9% sobre el PIB registrado en 2022 caería al 4,6% en 2023, la misma cifra que prevé la Airef y cuatro décimas menos que lo que espera el Gobierno en los presupuestos. 

La Comisión discrepa también de la previsión de déficit del Gobierno para 2023. Para el año que viene, Bruselas cree que el desequilibrio en las cuentas ascenderá al 4,3% del PIB, frente al 3,9% del Ejecutivo y el 3,3% de la Airef. El informe de la Comisión apunta a que la revalorización de las pensiones con el IPC "pesará considerablemente en el presupuesto de 2023". Ya en 2024, el déficit se reduciría al 3,6%, todavía por encima de la referencia de la exigencia del 3% que aparece en las reglas fiscales europeas. Una condición que tampoco cumplirán en todo el horizonte de previsiones los países de la eurozona en su conjunto. 

Recesión en Europa 

El escenario económico central para Bruselas es ya el de una recesión técnica que arrancaría en el cuarto trimestre. La elevada incertidumbre, la crisis energética, la fuerte pérdida de poder adquisitivo de los consumidores, la debilidad del entorno exterior y las subidas de tipos de interés "inclinarán a la UE, la eurozona y la mayoría de los Estados miembros hacia una recesión en el último trimestre del año". 

"Tras una fuerte primera mitad de año, la economía europea entra en una fase mucho más compleja", sostiene la Comisión. "A medida que la inflación sigue recortando la renta disponible de los hogares, la contracción de la actividad económica seguirá en el primer trimestre de 2023. Se espera que el crecimiento vuelva a Europa en primavera, a medida que la inflación se relaja", agregan.

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