¿Quién es Yeva Skalietska?Antes de la guerra, era una chica normal de 12 años. Iba al colegio, era buena estudiante y tenía mis hobbies. Estudiaba inglés dos veces por semana y daba clases de música y de piano. La vida era completamente normal y mi infancia era maravillosa.

En No sabes lo que es la guerra, escribes que todo el mundo conoce la palabra, pero que nadie sabe exactamente lo que significa hasta que sufre una. ¿Qué es entonces la guerra?La guerra es el miedo que llega de repente y te hace desconocer qué te va a pasar. La guerra es lo peor que le puede pasar en la vida a uno y te hace replantearte los problemas que creíamos que teníamos antes, ya que se convierten en nada comparado con todo lo que te sucede desde que estalla el conflicto. 

Ahora que vives en un país que no sufre ningún ataque, ¿has notado en la gente de su alrededor ese desconocimiento de la verdadera magnitud de una guerra?Quizás sí, porque incluso yo antes de la guerra no entendía exactamente qué era. Sabía que era algo malo, horrible, pero no conocía el miedo que conlleva. Y creo que mucha gente no entiende lo que es, pero realmente espero que mi historia ayude a comprender un poco cómo está siendo la guerra en Ucrania.

El diario empieza el día anterior a la invasión de Rusia. Es, de hecho, el día de tu cumpleaños. ¿Cómo has cambiado desde esa fecha?Han cambiado muchas cosas. Me he dado cuenta de que no hay cielo como el que tenemos cuando hay paz. He aprendido a apreciar cosas tan simples como un día soleado. Hay cosas increíbles que no valoramos y ni siquiera sospechamos que pueden cambiar de un día para otro. Y cuando uno se da cuenta de eso, es increíble. Nada puede ser más importante que vivir. 

¿Cuál fue el peor momento que tuviste que vivir?El momento más horrible fue el sexto día de guerra, cuando nos dijeron que nuestro apartamento había sido dañado por un ataque. Hubo algo en mi interior que explotó, porque es el lugar en el que pasé toda mi infancia, y todo fue destruido. 

¿De dónde surgió la idea de empezar a escribir un diario?Cuando empezó la guerra, se me hacía muy complicado transmitir a todo el mundo mis emociones. Para mí era más fácil escribirlas en papel. Además, otra de las razones fue poder leerlo en el futuro, ver cómo superé toda la situación emocionalmente y recordarme a mí misma lo horrible que fue la guerra en Ucrania. Así que le pedí a mi abuela que trajera mi diario dorado al refugio en el que estuvimos los primeros días.

¿Habías escrito un diario anteriormente?No, nunca. Fue mi primera vez. 

Y ahora que te has familiarizado con la escritura, ¿te planteas continuar?Sí, claro. Ahora sigo escribiendo en el diario, para publicar un segundo libro acerca de mí misma y sobre cómo es Irlanda, la gente que estoy conociendo, dónde viajo o viajaré... 

Tus amigos de Járkov están muy presente a lo largo de las páginas. ¿Hasta qué punto te ayudó emocionalmente poder mantener el contacto con ellos?Cuando chateábamos era una forma fácil de comunicarnos, porque es realmente duro no poder hablar sobre el tema y estar solo. Así que lo que hacíamos era preguntarnos dónde estábamos cada uno en ese momento, qué hacíamos, qué sentíamos, nos dábamos consejo... Nos ayudó mucho en las situaciones más difíciles. 

De hecho, incluyes el testimonio de ellos contado en primera persona al final del libro. ¿Por qué decidiste incluirlos?Quería que estuvieran en mi libro, y creo que es muy importante escuchar las voces de los niños, cómo han vivido toda esta situación y sus opiniones sobre la guerra, cuáles son sus planes de futuro, etc. Creo que es crucial no escuchar únicamente mi voz, sino también la de otros niños.

¿Sigues en contacto con ellos?Sí, hablamos una vez a la semana, o incluso cada día con algunos. La mayoría se fue de la ciudad como yo, a otras partes de Ucrania o a países en el extranjero. Pero todavía tengo a amigos que se quedaron en Járkov, lo cual es horrible y muy triste. Cada vez que leo algo que sucede allí me entristece. Todos echamos mucho de menos el tiempo en el que estábamos juntos.

¿Perdiste la esperanza en algún momento?Bueno... realmente pusimos toda la esperanza y la fuerza que pudimos. Al principio de la guerra nadie quería ayudarnos a huir de Járkov, pero pudimos escapar gracias a un milagro. 

En el diario hablas muy a menudo sobre lo que sueñas por las noches y la mayoría es sobre tu vida de antes de la guerra. ¿Cuál es tu mayor sueño?Espero con todas mis fuerzas que la guerra termine. Sé que no puedo volver, porque es todavía muy peligroso y todo puede destruirse en cuestión de segundos. Pero cuando todo vuelva a ser normal otra vez, espero poder visitar a mis amigos y ver cómo ha cambiado la vida allí. Ahora, sin embargo, sueño con ir a estudiar a la universidad, viajar por todo el mundo, ir a ver Londres... 

¿Qué te gustaría estudiar?Me encantaría ser periodista, quizás, o continuar con la escritura... ser psicóloga o abogada... pero bueno, veremos con el tiempo. 

Has dedicado el libro a tu abuela...Sí. Pasamos todo el tiempo juntas y nos apoyamos la una a la otra. Le he dedicado el libro a ella porque es la persona más importante de mi vida. 

¿Qué se siente al saber que tus pensamientos han sido distribuidos ya a 17 países?Ojalá que todos los idiomas del mundo entero escuchen las historias de los niños y las lecciones y experiencias que plasmé en él. 

¿Qué mensaje te gustaría lanzar al mundo?Primero, que tenemos que apreciar nuestra vida. Un cielo en paz es lo mejor que podemos tener. Y nosotros, los niños, el verdadero futuro, somos los que podemos hacer ese cambio y pedir a los adultos que velen por nuestra infancia y por que hagan todo lo que puedan por nuestro futuro.