La Guardia Urbana denuncia graves deficiencias en material e instalaciones

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Demostración de lo fácil que es acceder al interior de una comisaría. En este caso se puede llegar hasta la armería sin encontrar ningún obstáculo.
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Instalaciones provisionales que han cumplido 15 años en servicio, chalecos antibalas que pierden la eficacia por la humedad del sudor, falta de vehículos o con averías sin reparar… Es el principio de una larga lista de deficiencias en la Guardia Urbana de Barcelona que el Sindicato Independiente de la Policía Local, SIP Fepol, quiere denunciar y alas que ha tenido acceso 20minutos. "¡Hasta aquí!" es el eslogan de la campaña que ha puesto en marcha para dar a conocer las precarias condiciones de las instalaciones y el material en la Guardia Urbana y reclamar respeto.

La precariedad de algunos materiales de trabajo y en los edificios menguan la seguridad y la eficacia del trabajo policial
respeto

La organización sindical ha publicado un manifiesto en el que afirman que «la pérdida de autoridad de los cuerpos de seguridad públicos, y en concreto de la Guardia Urbana de Barcelona, no comienza cuando se perciben sus primeros síntomas en la calle, en un botellón o en una manifestación», sino cuando se ha perdido primero «ante quienes han de velar por que hagamos nuestro trabajo en condiciones de dignidad, profesionalidad y garantías».

Recopilación de imágenes que muestran instalaciones deficientes y precarias en las comisarias, muchas de ellas en barracones provisionales que llevan 15 en funcionamiento.

Un primer punto que denuncian es que las autoridades no les muestran el suficiente apoyo cuando no son respetados en sus funciones. Así fuentes del sindicato SIP Fepol explican a este diario que en la fiestas de Gràcia o en las de la Mercè «hubo actitudes claramente hostiles contra la policía y no fueron suficientemente condenadas».

Accesos sin vigilancia

Uno de los puntos más polémicos que denuncian es la falta de seguridad de los accesos a las comisarías. Explican que en la Sant Martí, se puede entrar directamente desde la calle hasta la armería sin que hay nada que lo impida. «Tan solo hay un compañero en el vestíbulo, metido dentro de una pecera, que no tiene tiempo de reaccionar si alguien dice entrar corriendo».

Creen que no tienen suficiente apoyo por parte de los máximos dirigentes del cuerpo y por ello, el sindicato SIP Fepol ha puesto en marcha la campaña ¡Hasta aquí! para informar de la situación

Desde el sindicato aseguran que hace años que se ha denunciado pero no se pone solución, cuando «es tan fácil como poner un mecanismo de apertura y cierre que controle desde la pecera del vestíbulo accionando un botón».

Con este vídeo, SIP Fepol denuncia la pérdida de autoridad de la Guardia Urbana entre ciertos sectores de la población. Un joven se atreve a pintar con espray una moto policial a cara descubierta y colgarlo después en redes.

Hace dos semanas denunciaron que un sintecho entraba por una puerta trasera a los vestuarios de la comisaría del Eixample para ducharse.

Protección deficiente

Una de las cuestiones que más preocupa al sindicato son los chalecos antibalas, obligatorios durante los patrullajes por estar en alerta 4 de terrorismo desde los atentados de Las Ramblas. El problema con estas protecciones es que, con la humedad, pierden capacidad para detener proyectiles o ataques con armas blancas.


Opinan que la escasez de efectivos y la mala planificación de algunos operativos, como en el caso reciente de la Plaza España durante las Fiestas de la Mercé, da mala imagen de las intervenciones

Desde el sindicato se explica que en jornadas largas y calurosas, de 8 o más horas, «llevar unas protecciones tan gruesas implica que se sude mucho, y el termosellado de la funda se despega y la protección se moja».

Falta de mantenimiento

La falta de mantenimiento en las instalaciones de las comisaría es otro tema que lleva años denunciándose por parte de los sindicatos. SIP Fepol relata que en varias comisarias hay instalaciones provisionales de vestuarios y duchas que llevan hasta 15 años en funcionamiento, que desde el sindicato se consideran «indignas», con desperfectos evidentes, humedades y moho en paredes y techo.

Tanto los chalecos antibalas como los vehículos presentan importantes desperfectos por el uso.

Denuncian que los vehículos también sufren problemas parecidos, sobre todo porque «son escasos y si se llevan a reparar, la unidad no tiene suficientes para cumplir con el servicio». Así, fuentes sindicales aseguran que se patrulla con coches que tienen golpes, con luces rotas o con fallos en algunas funciones eléctricas.

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