"El día en el que los sueldos en el cine para proyectos de mujeres sean iguales que los de los hombres habrán cambiado las cosas de verdad", dijo el otro día Isabel Coixet cuando recibía el premio a la mejor trayectoria profesional en el Festival de Cine por Mujeres. Y yo añado, el día en que no existan Festivales de Cine por Mujeres y solo existan Festivales de Cine, con presencia igualitaria de mujeres, habrán cambiado realmente. Y por esto luchan proyectos como este, que ya alcanza la quinta edición.

Hoy día la visibilidad y presencia femenina en los grandes festivales ha dejado de ser anecdótica. Muestra de ello son los grandes galardones del 2021 y del 2022, como el Oso de Oro que ha recibido Carla Simón con su largometraje Alcarrás o directoras como Pilar Palomero que, tras su Goya por Las niñas, ha vuelto con La Maternal, una historia de madres jóvenes y solteras. El otro día la actriz Juana Acosta me contaba que ha creado con su hermana una productora, Calite Films, para contar historias de mujeres.

Mujeres haciendo proyectos de mujeres, creando cultura y espacios propios hasta alcanzarlos por derecho y sin codazos. Esto no va del merchandising visible en las pelis americanas, de la prota hípster con la camiseta que pone feminist o la taza de desayuno Pink Power, esto va de igualdad delante y detrás de la cámara, de papeles protagonistas, de romper techos de cristal y barreras, de crear referentes culturales. 

San Sebastián 2022 | 'La maternal', las niñas madres de Pilar Palomero

Va de que el debate lo sostengan mujeres, como Gamarra y Montero hablando esta semana en el Parlamento de los Presupuestos Generales. Esto va de actrices, directoras, foquistas, guionistas y ministras, aunque algunas como Meloni se empeñen en ser ministros.