Jóvenes "atascados": el 31% se encuentra en situación de desempleo y sin expectativas de mejora a corto plazo

Un joven mira su teléfono móvil mientras espera para entrar en una oficina del SEPE en Valencia.
Un joven mira su teléfono móvil mientras espera para entrar en una oficina del SEPE en Valencia.
Rober Solsona / Europa Press
Un joven mira su teléfono móvil mientras espera para entrar en una oficina del SEPE en Valencia.

"Poco, esporádico, temporal y precario". Para Marcelo Ríos, joven gallego de 24 años en situación de desempleo, estas son las únicas condiciones laborales que se le ofrecen cuando se dispone a buscar trabajo. Como él, otros 540.000 jóvenes en España se enfrentan a este problema a diario, con las expectativas de futuro muy bajas.

Según las últimas cifras de la Encuesta de Población Activa (EPA) para el tercer trimestre del año, el porcentaje de españoles en paro entre los 16 y 25 años es 18,3 puntos superior a la media española (31% frente al 12,7% del total), lo que refleja el problema estructural al que se enfrentan los jóvenes en el ámbito laboral. Además, las expectativas no son positivas: un 36% creía en 2020, según un informe del Instituto de la Juventud (Injuve), que es muy poco probable que encuentre un empleo antes de 12 meses y un 26% veía muy posible perder su puesto en menos de un año. 

Ante este escenario, muchos se sienten "atascados". "Hace más de dos años que acabé mis estudios y desde entonces me ha resultado muy complicado encontrar un trabajo relacionado con mi formación", explica Irene López, graduada en Publicidad y Relaciones Públicas. Su último trabajo concluyó a finales de agosto, en un puesto muy alejado de sus estudios. "Las condiciones laborales no eran las mejores y, cuando hicieron recortes en la plantilla, se acabó mi contrato", explica.

Tal y como destaca la Unión Sindical Obrera (USO), el único tramo de edad donde ha caído la ocupación es el de los menores de 25 años, al mismo tiempo que ha aumentado el paro por encima de la media. En concreto, el número de jóvenes menores de 25 años en situación de desempleo  subió en 71.400 personas en el tercer trimestre, lo que supone un 15,2% más que en el trimestre anterior y el mayor repunte de todas las franjas de edad fue entre los 20 y 24 años, con un incremento del 19,7% (64.100 personas).

La temporalidad, la relación más tóxica de los jóvenes

Como comenta Marcelo a 20minutos, las únicas ofertas que encuentran los jóvenes son contratos temporales o de media jornada. "Surge una oferta por una baja de maternidad, para cubrir un puesto de un par de horas… pero nada fijo". En su caso, tras estudiar una FP para ser técnico de actividades deportivas, los únicos trabajos que le surgen son por horas, en colegios o centros deportivos.

Irene comparte su mismo diagnóstico. "Siempre son condiciones muy malas, con sueldos muy bajos en relación a las horas de trabajo", señala esta joven catalana. A sus 25 años, le gustaría tener cierta "estabilidad", sin tener que "preocuparse por el futuro a corto plazo". Sin embargo, encontrar un puesto de trabajo que no sea a tiempo parcial le está resultando muy complicado.

Mónica Fernández (nombre ficticio) sí tuvo la suerte de encontrar un trabajo relacionado con el marketing, área sobre la que ha estudiado en los últimos años. Sin embargo, las condiciones laborales no fueron las esperadas. "Era un trabajo…precario", aclara. A sus 23 años, con poca experiencia en el mercado laboral, se encontró con un contrato de prácticas que, finalmente, se acabó antes de verano y sin la posibilidad de continuar vinculada a esa empresa. 

Las cifras de temporalidad en este grupo de edad son especialmente alarmantes. Mientras que en el conjunto de los ocupados se sitúan en el 22,3%, para los empleados de entre 16 y 24 años llega al 60,5%, según el último informe sobre Jóvenes y mercado de trabajo elaborado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social atendiendo a las cifras de la EPA del segundo trimestre del año. Coincide con este análisis el Banco de España que, pese a valorar la "tímida reducción de la temporalidad", considera que todavía es un grave problema para los jóvenes. 

Para RUGE, la organización juvenil del sindicato UGT, las condiciones laborales son un problema. "No se trata únicamente de si sube o baja el paro juvenil, es el tipo de contrato y el salario que se ofrece, que sean condiciones dignas", explica el portavoz de RUGE en Madrid, Miguel Rodríguez. 

Difícil abrirse paso

Otra de las grandes dificultades que encuentran los jóvenes a la hora de salir al mercado laboral son los elevados requisitos para acceder a un puesto de trabajo. "En muchas ofertas te piden 3 ó 5 años de experiencia. Si no se nos da la oportunidad de trabajar, ¿cómo vamos a obtener esta experiencia?", reflexiona Virginia Setgasy. 

Esta tinerfeña de 29 años estudió hace varios años una FP media de gestión administrativa y, pese a haber encadenado varios cursos y horas de prácticas, no encuentra oportunidades. Incluso, ha llegado a valorar puestos relacionados con el turismo, muy demandados en su isla, "pero hasta para estos trabajos exigen un alto nivel de idiomas", denuncia. 

Así, la experiencia es para muchos "el obstáculo más grande", tal y como señala Irene. "O eres becario, o necesitas tres años de experiencia, no hay término medio", lamenta. Ante esta situación, la opción más recurrente es continuar estudiando. Mientras que Virginia se ha planteado empezar un curso superior en administración, Irene ha pensado en un máster, pero los problemas aparecen al instante. "No puedo permitírmelo si no trabajo, es muy caro", manifiesta la catalana.

En su caso, Mónica ya dio este paso en septiembre y actualmente está haciendo un curso de administración para complementar su formación en marketing. "Como en las ofertas que aparecen se necesita conocimiento de todo, estoy apostando por ampliar mis estudios", explica. 

De esta manera, Mónica espera mejorar su abanico de ofertas, al igual que Marcelo, quien lamenta que las únicas oportunidades que aparecen son "teleoperador, camarero o dependiente", mientras que las vacantes en su ámbito son muy reducidas. 

Con esta tendencia, el mercado laboral está lleno de jóvenes con más formación de la necesaria que ejercen en puestos no cualificados, llegando ya al 37% de los titulados españoles, según el Índice Sintético de Desarrollo Juvenil Comparado (ISDJC) del año 2021, elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud.

Las esperanzas de mejora son muy bajas

Pese a los avances de los últimos años, la sensación general entre los jóvenes es de inmovilismo social. Así, frente a uno de cada tres que asegura haber mejorado su nivel de vida respecto al de sus padres, casi la mitad (46%) se mantiene en el mismo grupo social e incluso, un 20% ha empeorado respecto a cómo se encontraban sus padres a su edad. 

De esta manera, permanecer en la misma clase social es la realidad para muchos jóvenes: el 60% de los hijos de clase baja continúan atrapados en ocupaciones de bajo prestigio y, pese a los avances de las últimas décadas, "la clase de origen continúa teniendo un fuerte impacto en los logros personales" tal y como expresa el Injuve. 

Con estas cifras, la percepción que tienen la mayoría de jóvenes sobre ellos mismos es que pertenecen a la clase social media baja -53% de los encuestados por el Consejo de la Juventud de España (CJE) en el primer semestre del año- y tan solo el 11,4% se considera de clase alta o media-alta. ¿Y sus padres? El 45% cree que sus hijos vivirán peor que ellos, frente a solo el 30% que aprecia mejoras en el nivel de vida.

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