Entrevista

José Soto Chica: "Roma cayó porque la riqueza estaba en muy pocas manos que creían que no necesitaban un Estado fuerte"

  • El historiador presenta 'El águila y los cuervos' que ofrece una nueva perspectiva sobre la caída del imperio romano.
  • "Por el sueño de la Rusia imperial, Putin ha sacrificado la Rusia real", asegura este exmilitar.
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a historiador José Soto Chica
El historiador José Soto Chica
JORGE PARÍS
fotografo: Jorge Paris Hernandez [[[PREVISIONES 20M]]] tema: Entrevista a historiador José Soto Chica

"El águila de Roma había caído y los cuervos, aquellos que habían medrado y prosperado bajo la protección de sus alas y que, sin embargo y al final, tanto habían pugnado por librarse de su control, habían, al cabo y también, caído tras ella". Así concluye el historiador José Soto Chica su última obra sobre la caída del Imperio romano de occidente, con la explicación de la visual metáfora de su título, El águila y los cuervos (Desperta Ferro, 2022).

Exmilitar de carrera -participó en la misión de Paz de la ONU (UMPROFOR) en Bosnia Herzegovina-, recondujo su carrera hacia la Historia y la literatura tras sufrir un accidente con explosivos que le costó una pierna y lo dejó ciego. Hoy este historiador (doctor en Historia Medieval e investigador del Centro de Estudios Bizantinos en la Universidad de Granada), ensayista de éxito (autor de obras como Los visigodos e Imperios y bárbaros) y novelista (ganador del premio Edhasa 2021 y apunto de lanzar una nueva ficción, Bajo el fuego y la sal) regresa con el relato vibrante de la caída del imperio romano de Occidente desde la batalla del río Frígido en 394 hasta su colapso definitivo en 476.

En ese recorrido, Soto Chico redescubre una visión novedosa de aquel proceso y extrae nuevas conclusiones de una modernidad rabiosa: el principal motivo del desplome imperial estuvo en la desigualdad social y la deslealtad de las élites económicas y políticas.

Los imperios son como bolas de nieve, si van hacia bajo siguen acumulando nieve, pero si la pendiente se invierte, no ruedan

Cristianismo, migraciones bárbaras, cambio climático… La caída del imperio romano de Occidente fue multifactorial, pero en su obra incide en un factor poco destacado hasta ahora, la desigualdad económica y la deslealtad de las élites económicas...Llego a esa conclusión por eliminación. Las causas climáticas las elimino al 100%: lo importante es si ese cambio climático tuvo influencia en los momentos realmente relevantes. Y, efectivamente, el clima comenzó a moverse en el 450, se produjo un enfriamiento que acabó por influir en la economía a partir del año 536. Así que lo descartas como causa para esta caída. 

¿Y los bárbaros?Fueron determinantes, sin duda, pero no puedes obviar que a Roma no le faltó capacidad de integración, sino tener la fuerza suficiente para que fuera la única opción. Y eso falla, por la falta de dinero. Desde tiempos de Teodosio, y de manera buscada por él, la organización militar de Occidente estaba muy desequilibrada. Eso provoca guerras y conflictos internos, que favorecen las penetraciones bárbaras que arrasan las provincias y cae la recaudación fiscal, lo que provoca que haya menos soldados y promueve la llegada de más bárbaros... Todo eso genera más desequilibrio social.

Ese desequilibrio nos lleva a su tesis principal...En esa vorágine hay una clave de bóveda: el imperio no estaba agotado económicamente, no estaba desorganizado socialmente, pero los recursos estaban en manos de muy pocas manos, una élite de unas 4.000 familias, que acumulaban el 70% de la riqueza del imperio. Olimpiadoro de Tebas visitó Roma en el año 425 para recoger las rentas anuales de las familias más importantes y lo que nos cuenta nos muestra fortunas que anualmente ingresaban la mitad del presupuesto militar del imperio. Trasladándolo a los EE UU de hoy: serían mucho más que un Bill Gates o Georges Soros. Y, además, esa élite no estaba dispuesta a colaborar: cada vez que el imperio trataba de recaudar tributos de las élites, la respuesta eran levantamientos y usurpadores. El general Aecio, llamado a veces el último romano, fue precisamente asesinado durante un consejo con el emperador y los nobles sobre una reforma fiscal. No solo no colaboraban, sino que además querían sacar tajada. Llegaron a creer que no necesitaban al Estado. Fue una apuesta equivocada obviamente: puede parecer que quien tiene el dinero tiene el control, pero la realidad muestra que es quien tiene la fuerza el que lo tiene.

Saqueo de Roma por los bárbaros en 455 E.C. Óleo por Karl Bruillov
Saqueo de Roma por los bárbaros en 455 E.C. Óleo por Karl Bruillov
Galería Tretyakovy, Moscú

Eso no se dio en la parte oriental del imperio...Es otra de las claves. Cuando se explica la caída del imperio romano solemos cometer dos errores: uno, considéralo como un ente aislado. Yo he tratado de compararlo con otros imperios de la época -en Persia Sasánida, India de los Gupta o la China del momento... y hay que hacerlo así porque igual lo que entendemos como decadencia no lo es. El segundo problema es que cualquier razón que des a la caída del imperio tiene el problema de que la parte oriental sobrevivió mil años. Oriente equilibró su reparto de la fuerza militar y en Occidente lo concentró todo en una mano, el magister militium, quien era quien acaba decidiendo y enfrentándose al emperador. 

¿Y ese reparto de la fuerza militar era tan decisivo?El reparto en Oriente era más equilibrado, de manera que no hay un general único, hay un contrapeso que hace el emperador no pierda prestigio, aunque sea una nulidad como Teodosio II. En cambio, Occidente no se puede permitir genios, porque ese desequilibrio hace imposible que luzcan, los generalísimos opacaban al propio emperador. Si tienes un estado fuerte, un emperador fuerte, toda la estructura bajo él se mantiene. Los imperios son como bolas de nieve, si van hacia bajo siguen acumulando nieve, pero si la pendiente se invierte, no ruedan.

La historia de Occidente es una obsesión continua con Roma

En el siglo XVIII se hablaba del cristianismo, hace unos años se incidía mucho en el cambio climático y usted hoy en la traición de las élites... ¿El tiempo en el que vive el historiador influye en su mirada?​Yo no puse el foco en eso, las fuentes me llevaron ahí. Pensaba centrarme más en lo político y lo militar, pero al final casi me vi obligado. Si te soy sincero, me costó aceptar esa conclusión: que esa concentración de riqueza en pocas manos y que esas pocas manos estuvieran convencidas de que no necesitaban al Estado fue lo más influyente para la caída de Roma.

Es inevitable establecer paralelismos con el hoy... Rusia, la UE, EE UU,  todos imperios de alguna manera, en momentos difíciles...Roma nos obsesiona. La historia de Occidente es una obsesión continua con Roma: el último tratado franco alemán se firma en la sala de trono de Aquisgrán; viaja a Washington y ves la recreación de una Roma ideal; Rusia se considera la tercera Roma; todo el mundo quiere ser la heredera de Roma, todo lo justifica... ¿Por qué esa obsesión? Produce la nostalgia de algo que fue, una sensación de prosperidad y seguridad. No somos conscientes, pero en el imperio romano, en lo que hoy es Austria por ejemplo, se consumía aceite de oliva y eso no volvió a pasar hasta, por lo menos, el siglo XVIII. Parece algo pedestre, pero eso es lo que hace grandioso: hubo un tiempo en que en toda Europa se consumía productos de todo el Mediterráneo, y eso tardó Europa en reproducirlo muchos siglos.

También la libertad de movimiento, usted pone el ejemplo de Flavio Aecio..Exactamente, tras el imperio romano llega un mundo pequeño, donde el horizonte se reduce a la comarca o la aldea.

Por muy genial que seas, si no entra oro en las arcas, si no tienes soldados y administración, no hay nada que hacer.

¿Cuándo cree que se produce el punto de no retorno para la caída del imperio romano de Occidente?El hecho decisivo fue la pérdida de Cartago y África en 439 y la no posibilidad de recuperarlo en 441. Oriente envío una flota de más de mil naves para recuperar África y, en ese momento, Leda y Atila atacan oriente y esa flota se redirige rápidamente a los Balcanes. Desde ese momento, el imperio romano de Occidente era un estado fallido: África había supuesto el 20% de los ingresos de la hacienda imperial, pero debido a las invasiones bárbaras de 430, llega a ser el 60%. Todo eso se pierde cuando Genserico y sus vándalos y alanos conquistan Cartago. Ya no se podía pagar a sus ejércitos y a la administración. Lo extraordinario fue que aguantara treinta años más y se lo debió a hombres genial como Aecio o Mayoriano.  Pero por muy genial que seas, si no entra oro en las arcas, si no tienes soldados y administración, no hay nada que hacer.

La UE no es otra cosa que un imperio de bajo perfil

¿No es lo que estamos viendo en Europa con el resurgir de los nacionalismos?¿Qué es el nacionalismo? Esas tendencias de aquella aristocracia de intereses locales y que creía que no necesitaba al imperio para asegurarse sus pequeños dominios. Vete a Cataluña, a Lombardía, a Hungría… a cualquier sitio donde esté pujando fuerte el nacionalismo y verás a una oligarquía que controla el dinero y lo que quiere es controlar su pequeña zona, porque entiende que va a ser más beneficioso para ellos.

También puede verse en el Reino Unido del brexit...Claro, la UE no es otra cosa que un imperio de bajo perfil. Hay un motor que es Alemania, que tira de Francia, y en torno a ellos dos gira todo el imperio. Reino Unido no quiso participar porque creía que sus intereses locales, las riquezas de sus oligarquías, estarían más seguras en sus manos.

En el otro extremo del continente, Rusia está marcando la agenda global con su guerra en Ucrania. Como exmilitar y experto en el mundo Bizantino seguro que tiene una visión muy clara del curso de la guerra...Me ha sorprendido muchísimo. Hay que tener en cuenta que Rusia es una democracia fallida y la información que nos llega no es totalmente segura. Se nos había vendido una Rusia que se estaba rearmando y que venía a reclamar de nuevo su papel en el mundo como gran potencia, ante un EE UU que parecía decadente que se retiraba de Afganistán caóticamente. Parecía que Rusia era un opción de poder. Pero que le esté pasando esto prueba dos cosas: primero, que si sacrificas los intereses de un Estado a los de una oligarquías políticas y económicas demasiado centradas en sí mismas, llega el desastre; y segundo, que la guerra importa: Moscú hizo una apuesta muy arriesgada, en un principio, por tomar Kiev en una guerra relámpago y cambiar el gobierno, pero esa jugada salió mal y no han levantado cabeza. 

¿Está Rusia tan mal militarmente?El día que sepamos las pérdidas reales de Rusia nos llevaremos las manos a la cabeza. No es normal esta debilidad estructural que está mostrando el ejército ruso. He sido militar y esto solo se explica por una sensación de derrota y por el nivel gigantesco de corrupción que tiene que existir. Se ven vehículos abandonados, posiciones dejadas sin lucha, una falta de moral absoluta...

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José Soto Chica con su última obra
JORGE PARÍS

¿Putin es más un emperador al estilo Augusto o uno de los de la caída?A mi me recuerdo mucho al emperador Procopio Antemio. Putin es inteligente, frío y calculador e implacable, porque si no eres así, no aguantas más de veinte años en el poder de Rusia. Además, es un hombre que se ha dejado arrastrar por un sueño, el de la Rusia imperial, pero no calculó las posibilidades y sus recursos: en ese sueño imperial, ha sacrificado a la Rusia real. Y eso le paso a Antemio que llegó con buenas perspectivas, sabía dirigir ejércitos, había demostrado habilidad importante como gobernador en Oriente, tenía recursos para salvar lo que quedaba del imperio, pero no para reconstruirlo... Y precisamente eso quiso él, reconstruirlo, y todo se desmoronó en torno suyo. Porque tenía la capacidad y la idea, los recursos. Y me parece lo mismo que le ocurre a Putin.

¿Se puede extraer lecciones de la caída de Roma para la España y la Europa de hoy?Si no pudiésemos, la Historia no serviría de nada. La Historia es maestra de vida, ya lo decían los romanos. La Historia es la ultima trinchera de la libertad, porque nos enseña que hay otras formas de hacer las cosas. El final de Roma es un relato que nos fascina, porque es la caída de algo muy grande. A los españoles de hoy nos debería enseñar a mirar con desconfianza a nuestras élites económicas, políticas e intelectuales y a exigir más de nuestros dirigentes. Nuestras élites, como las del siglo V, han perdido el sentido de la responsabilidad, están pensando más en sí mismas que en el Estado. ¿Es presentismo? Sí, pero ya sabes que la Historia solo sirve para leer el periódico.

¿Cómo ve las últimas reformas educativas en lo tocante a la enseñanza de la Historia?A los políticos les chifla la Historia, les pasa a todos, porque saben que si controlan nuestra memoria del pasado, nos controlan. ¿Qué sería este país sin memoria? Historia siempre va a haber, pero la memoria, eso que la gente cree saber o cree recordar de sí mismos y su pasado, es muy fácil de manipular. ¿Por qué crees que hay tanta hambre de Historia hoy? Porque la gente lo percibe de alguna manera. ¿Cómo van a saber nuestros niños que son españoles, si les llega una Historia y una memoria descuageringada? Si da lo mismo ser español que coreano o de cualquier otro lugar, ¿qué sentido tiene tener un Estado y una administración? La identidad conforma como Estado, si no, el Estado pierde sentido. Pero los políticos saben que controlando la memoria, controlan las decisiones, y para eso hay que eliminar la Historia de los planes de estudios. No hay un plan maquiavélico, pero sí mucha gente mezquina, con poca altura de miras que creen que es más fácil contar a la gente lo que ellos quieren contar. 

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José Soto Chica

  • Fue militar profesional y estuvo destinado a la Misión de Paz de la ONU (UMPROFOR) en Bosnia Herzegovina. Un accidente con explosivos le costó una pierna y lo dejó ciego, lo que le llevó a reencauzar su vida hacia su verdadera pasión, la historia. Apenas un año después del incidente se matriculó en la Universidad de Granada, y en la actualidad es doctor en historia medieval y profesor contratado doctor de la Universidad de Granada e investigador del Centro de Estudios Bizantinos, Neogriegos y Chipriotas de Granada. Es autor de varios ensayos y monografías y varias novelas históricas como El dios que habita la espada, con la que ganó el premio Edhasa, y Bajo el fuego y la sal, que aparecerá este mes de noviembre.
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