El nuevo símbolo de Barcelona, la estrella de la Sagrada Família, que corona la torre de la Virgen María y que ilumina el templo expiatorio de Antoni Gaudí, lucirá esta Navidad en la arteria comercial más exclusiva de Barcelona, el Passeig de Gràcia. Todo su tramo, desde los Jardinets de Gràcia hasta la confluencia con la Gran Via, se llenará de 95 estrellas gaudinianas de 12 puntas de hasta dos metros de diámetro y de 330 filas con 9 tiras de luz cada una que también estarán adornadas de estrellas y que estarán construidas con un material que las hará brillar también con la luz del día. Las tiras tendrán una longitud de tres metros.
De estas estrellas de gran tamaño, 35 serán 3D y se colocarán en el centro de paseo, de 50 metros de ancho. Otras 60 en 2D lucirán en los dos laterales de la arteria barcelonesa. Y repetirán en el paseo cada Navidad hasta 2025. Los contratos con las suministradoras de las luces de Navidad suelen durar tres años para dar tiempo a amortizar el coste y repartirlo en diferentes ejercicios económicos. El peso de la estructura lumínica completa presenta retos de instalación, aunque con la seguridad garantizada, y un operario de mantenimiento velará por su buen funcionamiento.
La Associació de Passeig de Gràcia, que aglutina a los principales comercios de esta vía, ha presentado este miércoles esta espectacular iluminación que sustituirá a las mariposas de gran tamaño que adornaron la calle en la Navidad de 2019, que se usaron el pasado año por última vez, y que tuvieron mucha aceptación entre los ciudadanos. A partir de ahora se podrá ver en otras ciudades del mundo, han explicado desde la entidad. Costaron 150.000 euros anuales.
Aunque la nueva iluminación no se encenderá hasta el próximo 24 de noviembre a las 18.30 horas, al igual que la del resto de ejes de la ciudad, estos días ya se están comenzando a instalar los cables que sostendrán esta llamativa y efectista iluminación, ha explicado el presidente de la asociación, Lluís Sans. Este ha asegurado que el Passeig de Gràcia, inmerso hasta 2024 en los actos de su 200 aniversario como calle de Barcelona, apuesta "por la espectacularidad" con este nuevo diseño navideño y por "ilusionar a visitantes y residentes" y recordando que Gaudí también es patrimonio del paseo, que acoge dos de sus mejores obras, La Pedrera y la Casa Batlló.
La entidad ha desembolsado un total de 180.000 euros, 30.000 euros más que el año pasado, en estas luces. El 75% del presupuesto, 120.000 euros, lo paga el Ayuntamiento de Barcelona que, desde la irrupción de la pandemia, subvenciona el 75% de su coste hasta un tope máximo de 120.000 euros. Los otros 60.000 euros los aportan los 150 asociados. Antes de la Covid, el consistorio sufragaba el 50% del coste total de las luces navideñas. "Este año es importante una iluminación con más fuerza que el año pasado para salir de la pandemia", ha explicado la asociación.
Encendidas durante 44 días y 217 horas
Comerciantes de la ciudad y consistorio han pactado este año menos horas de iluminación navideña que el año pasado para hacer frente al importante aumento del precio de la luz y para dar ejemplo de ahorro energético a la ciudadanía.
Este año funcionarán entre semana de 17.30 a 22 horas (en 2021 se dejaban encendidas hasta las 23 horas); los sábados y los domingos de 17.30 a 23 horas (en 2021 se apagaban a medianoche) y las noches del 31 de diciembre y el 5 de enero hasta las 01.00 horas (en lugar de hasta las 02.00 horas). Funcionarán a lo largo de 44 días seguidos y 217 horas. En las fiestas navideñas del año pasado, las luces también estuvieron en funcionamiento durante 44 días pero, en cambio, un total de 259 horas.
Ahorro energético "irrisorio"
El ahorro energético será pues un eje fundamental este año. Las nuevas luces de Passeig de Gràcia solo funcionarán con tecnología LED y la potencia por unidad y superficie es de 0,31 vatios por metro cuadrado, 30 veces por debajo de los 9 vatios por metro cuadrado permitidos en Barcelona, ha resaltado Sans este miércoles.
La potencia total instalada será de 24,1 kilovatios y el coste total de los 44 días de encendido, casi dos meses, será de 1.460 euros, con un ahorro de 227 euros respecto a las navidades de 2021. "La potencia de 24,1 kilovatios es muy mínima, equivale a 10 lavadoras de un hogar", ha dicho Sans.
Sans ha reconocido que esta cifra de ahorro de 227 euros es "simbólica" para las arcas municipales y que está más orientada a la "sensibilización de la ciudadanía" acerca de un ahorro energético responsable. "El ahorro real es irrisorio, por lo que transmitir que se trata de un esfuerzo en economizar para la ciudadanía es demagogia", ha insistido el presidente de la entidad.
El comercio del paseo resiste
Sans ha asegurado que la inflación y la incertidumbre acerca de una recesión el año que viene en España no está impactando especialmente en la economía de los negocios del Passeig de Gràcia. "De momento, se ha notado poco. Hemos perdido clientela china, que no pueden salir del país, así como ucraniana y rusa, pero se está compensando con más clientes locales, que se están volcando con el paseo más que nunca", ha declarado.
Las cifras avalan esta afirmación, pues la arteria ha recuperado el 90% de las ventas a clientes extranjeros que se alcanzaban antes de la pandemia, y han regresado los turistas norteamericanos, "incluso más que en 2019", ha recalcado el presidente de la entidad, que ha recordado que el Passeig de Gràcia registra el 60% de las ventas a clientes de fuera de la Unión Europea de la provincia de Barcelona y el 22% en España". La mayoría del tercio del PIB catalán que aporta solo la ciudad de Barcelona procede del distrito del Eixample, ha añadido Sans.
Críticas a la Superilla del Eixample y a las restricciones de movilidad en coche
Sans ha calificado de "ilegal" la obra del consistorio de la alcaldesa de Ada Colau de la Superilla del Eixample en Consell de Cent, "que quiere convertir un vial de circulación en una zona verde, cuando no se puede hacer sin modificar el Plan General Metropolitano (PGM)", ha declarado.
Ha hecho una llamada a una política de movilidad "más amable" por parte del Ayuntamiento, en un momento socioeconómico "en el que hace falta abrir empresas, generar puestos de trabajo e impulsar la economía" y no recurrir a una política "que asfixia la movilidad con coche privado por el centro de Barcelona".
"Se perjudica a la ciudadanía cuando la política municipal antepone la ideología a la gestión, y no se pone en el centro a las personas", ha reiterado el presidente.
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