Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Storytelling: el crecepelo narrativo

El inglés amplifica la obviedad.
El inglés amplifica la obviedad.
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El inglés amplifica la obviedad.

Dicen “storytelling” porque no tienen nada que contar. Han leído poco y creen que narrar historias es una destreza más del marketing. Son muy pesados, han descubierto el Mediterráneo y te lo van a repetir hasta que te aburras. Dan clases, escriben artículos y guías definitivas, ofrecen consejos que ellos llaman “tips”, pero, por lo general, se olvidan de lo más importante: para ser un buen contador de historias hay que leer y también hay que valer.

Una vez más, la palabra inglesa parece que viene a tipificar un concepto, a dejarlo grabado en el mármol para que todos podamos disfrutarlo y utilizarlo. Por el camino, algunos le sacan provecho a la jugada y se llevan su parte. La realidad es que el “storytelling” es más viejo que el hilo negro, que la baranda del coro y más viejo que un bosque y para contar algo con interés, gracia o elegancia hay que tener talento.

Hay más sabiduría en un Astérix que en uno de esos libros escritos para cambiarte la vida

Todo se puede aprender y la práctica hace maravillas, pero cuando el punto de partida es equivocado cuesta mucho llegar a un final aceptable. Los discípulos del “storytelling” leen libros prácticos y útiles, libros en los que se habla de gente “altamente” no sé qué y de cómo hacerse rico mientras esperas al bus. Nadie les ha contado que los libros que mejor cuentan las cosas son los que no sirven para nada, que hay más sabiduría en un Astérix que en uno de esos libros escritos para cambiarte la vida y para volarte la cabeza.

Hay muchos consejos para aprender a hacer “storytelling”. Una búsqueda en la red abre una sima profundísima de normas para conseguir que todo funcione. Algunos dicen que los vídeos no deben durar más de tres minutos, otros que hay que contarlo todo, que hay ser transparentes o que es preciso construir el relato de tu marca. Sobre construir relatos y el uso de la palabra relato hablaremos otro día.

Se he puesto de moda también el concepto de “storytime”, sobre todo en la red social TikTok. Alguien sale y cuenta lo que le pasó con su última cita de Tinder, pero al comenzar dice “storytime de mi último desastre en Tinder”. Es como si te llama tu madre por teléfono y antes de responderle le dices: “storytime de lo que he hecho hoy y de cómo me encuentro”. Storytime del storytelling: nos estamos volviendo imbéciles. 

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