El avión militar estrellado en Mali fue adquirido hace seis meses a Rusia

  • Cayó cuando volvía de una misión en apoyo de la población de la región.
El 25 de julio un avión de la compañía aérea española Swiftair, operado por Air Argelia, que volaba de Uagadugú, en Burkina Faso, a Argel, se estrelló en Gossi (Malí), con 116 personas a bordo, seis de ellas de nacionalidad española. En la imagen, dos soldados inspeccionan la zona donde fueron encontrados los restos del avión.
Un avión estrellado en Mali hace unos años
French Army / EFE
El 25 de julio un avión de la compañía aérea española Swiftair, operado por Air Argelia, que volaba de Uagadugú, en Burkina Faso, a Argel, se estrelló en Gossi (Malí), con 116 personas a bordo, seis de ellas de nacionalidad española. En la imagen, dos soldados inspeccionan la zona donde fueron encontrados los restos del avión.

El avión que se estrelló este martes en el noreste de Mali, del que se desconoce aún el balance de víctimas ni la razón de su caída, se trata de una aeronave de combate tipo Sukhoi Su-25 adquirida hace seis meses por el Ejército del país africano a Rusia.

El avión, que llevaba la matrícula TZ-20C, se estrelló en la zona aeroportuaria de la ciudad de Gao sobre las 9.30 hora local, "cuando volvía de una misión en apoyo de la población de la región", según han informado las Fuerzas Armadas de Mali en un comunicado.

La nota no informa de los motivos del suceso ni de las víctimas, pero fuentes regionales y de seguridad informaron de que al menos habría cinco personas heridas. El Su-25 es un avión de combate bimotor monoplaza.

En la zona se han desplegado numerosas fuerzas de seguridad y de emergencias y todavía se desconoce si la caída del avión se debe a un accidente o a un ataque contra la aeronave, que operaba en una zona de gran actividad yihadista.

Acercamiento entre Mali y Rusia

El Gobierno maliense, formado por una junta militar en el poder tras dos golpes de Estado, se ha acercado en los últimos meses a Rusia y se ha alejado de Francia, su ex potencia colonial que mantenía hasta este verano una misión antiterrorista en el país.

Rusia ha vendido a la junta militar maliense numeroso material militar y ha desplegado en el país africano a mercenarios del Grupo Wagner, cercano al Kremlin, para supuestamente entrenar a los militares malienses y proteger a los miembros del Gobierno.

Una influencia rusa cada vez más extendida en la región del Sahel que ha despertado las preocupaciones de Europa por una zona especialmente sensible, con instituciones débiles, sacudida por la inseguridad y por el cambio climático.

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