Las persianas son un elemento común en cualquier vivienda que, en la mayoría de hogares, pasan muchas horas desplegadas, lo que hace que se ensucien por fuera debido a la lluvia, el viento y la suciedad del ambiente.

Limpiar por dentro las persianas es sencillo, pero para limpiarlas por fuera es una tarea que se complica y, en muchas ocasiones, hay que desmontar toda la persiana para poder limpiar en profundidad. 

Truco para limpiar la persiana por fuera

En primer lugar, si se trata de una persiana a la que se tiene acceso desde el exterior, es decir, si la vivienda es un bajo, lo tenemos muy fácil. Sin embargo, si no se tiene acceso desde el exterior lo más importante es la seguridad. En ningún caso se debe sacar el cuerpo por fuera de la ventana para poder limpiar en profundidad la persiana.

Teniendo esto claro, lo primero que se debe hacer es, desde el interior de la vivienda, bajar la persiana, pero no del todo. Basta con desenrollar la persiana de modo que cuelgue, quedando visibles las típicas ranuras que hay entre las láminas de la persiana.

De este modo, con un cepillo de cerdas suaves y finas, se podrá limpiar a través de los huecos el posible polvo y suciedad que se haya acumulado y, posteriormente, se puede aspirar también a través de estas ranuras para terminar de quitar el polvo.

Si tras haber seguido estos pasos se sigue notando que queda barro o suciedad en algunas zonas de la persiana, se puede recurrir al cajón que se encuentra en la parte superior de las ventanas, que es el lugar donde queda recogida la persiana cuando se enrolla.

Así, solamente será necesario desatornillar y abrir el cajón de la persiana y, después, volver a cepillar y aspirar el cajón por dentro, procediendo después a limpiar cada una de las láminas de la ventana con una bayeta, que se puede humedecer en agua y jabón.