Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El error de 'Sálvame' con la encerrona a Carmen Alcayde

El corazón machista que no cesa: el macho dictaminando el rendimiento sexual de una mujer
Carmen Alcayde y Dinio en Sálvame Limón
Carmen Alcayde y Dinio en Sálvame Limón
Mediaset
Carmen Alcayde y Dinio en Sálvame Limón

Sálvame cree necesitar conflicto para aupar su audiencia. Tras días donde la cuota de pantalla delata la debilidad de las tardes de Telecinco, los del programa se han sacado de la manga un acorralamiento a Carmen Alcayde con aparición estelar de Dinio

Dinio vuelve. Ahora con la insinuación de que Alcayde tuvo sexo con él hace dos largas décadas. Última hora: hace 21 años. Fue entonces cuando él se hizo popular porque tuvo una teatralizada relación de pareja con Marujita Diaz. Y con el teatro puesto encima ha regresado a la tele. O al párking de la tele, pues este viernes hablaba desde un coche aparcado a las puertas de Mediaset. Dentro, en conexión en directo, Carmen Alcayde aguantaba habladurías e intentaba defenderse. Pero, en realidad, ni siquiera debería haber dado explicaciones. Porque el percal sólo ha evidenciado a un Sálvame perdido, que no está sabiendo leer aquello que atrae y aquello que espanta a su audiencia.

El espectador agradece historias concretas y no rodeos que se pasan horas y horas vendiendo humo, la especialidad de Sálvame. Las buenas historias tienen desenlace, no se quedan en el aire con la consiguiente frustración que provoca en el espectador. Resultado: el público se va, está inmunizado a esta técnica del viejo corazón. Más aún si es con tramposos personajes de un pasado televisivo que demostró cero escrúpulos. Como es el caso de Dinio. Su televisión es obsoleta, espanta más que atrae. Aunque fuera muy popular en otros tiempos.

La sociedad ha crecido en sensibilidades. La risa que producía Dinio con Marujita Díaz hoy despierta rechazo. Pero, además, la manera de enfocar el conflicto de Sálvame ha desprendido un trasnochado tufillo machista con el macho dictaminando un "me dejó insatisfecho". Repulsivo y desfasado pretender enjuiciar en la plaza pública a Alcayde por una posible infidelidad. Antiguo en fondo y forma, pues encima se cableó a la presentadora para ver cómo reaccionaba su corazón al acercarse Dinio. A ver si saltaban chispas, o algo. 

Y lo que es peor, se lo estaban tomando en serio. Esto ya se hacía en El Gran Juego de la Oca cuando sacaban a chicas en ropa interior y los concursantes (hombres) debían aguantar sus pulsaciones. Por momentos, la modernidad de Sálvame se ve muy Galavisión en los noventa. De ahí que, tal vez, Jorge Javier Vázquez irrumpiera en emisión esa misma tarde y creara expectación con su regreso este lunes. O sea, hoy. Es más,  recalcó que en vacaciones ha reconectado consigo mismo, como si estuviera intuyendo desde Johannesburgo que el programa necesita menos delirios desesperados y más emoción de andar por casa.

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