Raquel Mosquera defenderá su honorabilidad

Raquel Mosquera, en una imagen de archivo.
Raquel Mosquera, en una imagen de archivo.
GTRES
Raquel Mosquera, en una imagen de archivo.

Raquel Mosquera vive atrapada en una farsa que no le corresponde. Dice que no está dispuesta a pasar por alto los comentarios de aquellos que dicen que su relación con Pedro Carrasco no era lo que parecía. Prueba, a golpe de fotografía, que el amor que entre ellos había solo lo pudo quebrar la muerte. Raquel está fuerte y esta vez no se quedará en el juego televisivo. Quienes la conocen apuntan a que no le temblará el pulso a la hora de defenderse en los tribunales.

Quiere resarcir tanto dolor. Y no es para menos, pues son muchos los que ya han explicado, en público y en privado, que el boxeador bebía los vientos por ella y que si alguna vez se equivocaron, lo hicieron juntos y conscientes del error.

Mosquera es hueso duro de roer. Ya no se queda agazapada esperando que le asesten derechazos mortales, ahora habla y se defiende con uñas y dientes. El silencio solo alimenta las especulaciones.

Mientras su vida se expone, ella se mantiene al margen dedicándose en cuerpo y alma a su salón de belleza que tiene en un centro comercial de Madrid. Hace unos días me sorprendió verla atender personalmente a las clientas que confían en ella sus cambios de look. Madre abnegada, reparte su tiempo entre el trabajo y su marido, pero sobre todo presta mucha atención a sus retoños.

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