Borja Terán Periodista
OPINIÓN

La pérdida de popularidad de 'La Vuelta a España'

La vuelta a España desde el set de RTVE
La vuelta a España desde el set de RTVE
RTVE
La vuelta a España desde el set de RTVE

La vuelta ciclista a España, La Vuelta, dispara las audiencias de Teledeporte. Pero ya no es un fenómeno mediático como antaño. El público masivo desconoce los nombres de ciclistas, que han dejado de ser tratados como ídolos a los que aspirar. Los valores que representan su trabajo en equipo y entrenamiento diario se han desdibujado.

¿Los escándalos de dopaje han hecho daño a la imagen del ciclismo? Las trampas empujan a la resignación y terminan alejando, aunque la sociedad suele terminar perdonando. El problema de fondo del porvenir de La Vuelta está más en las nuevas formas de consumo audiovisual, que afectan a las competiciones deportivas con más tradición. La audiencia cuenta a un sólo clic en su mano con "armas de distracción masiva" que impiden la paciencia requerida para mantenerse en la larga retransmisión del ciclismo en Televisión Española. La interactiva oferta audiovisual en la multipantalla que vivimos, con aplicaciones móviles, redes sociales, videojuegos y plataformas ayuda a que el ciclismo no atraiga como antes.

Sin embargo, en vez de estudiar el potencial de La Vuelta para atraer a las nuevas generaciones, la propia emisión ciclista ha entrado en un círculo vicioso: a menos audiencia, también las retransmisiones han ido disminuyendo el despliegue de medios para que la realización del evento proyecte bien su emoción a través del televisor. A pesar de que existe más tecnología que en los noventa, visualmente La Vuelta no ha avanzado en espectacularidad visual. Falta un diseño narrativo para que cada etapa sea más que ver a ciclistas pedaleando debajo de un cronómetro. El espectador necesita conocer su esfuerzo, su evolución, su nombre propio a la vez que el público también busca descubrir el atractivo de los parajes por los que discurre la vuelta. En este sentido, TVE acierta potenciando reportajes sobre las localidades protagonistas de la competición o piezas con Pedro Delgado probando el terreno, como preludio de la larga emisión. Aunque no son suficientes. 

Televisivamente, La Vuelta atesora la emoción de la alta competición y la belleza del documental de viajes. Todo contado con la adrenalina del directo. TVE comparte todas las señales de cámara por separado como aliciente interactivo, pero en el directo se puede enriquecer el contexto de la emisión a tono con las narrativas actuales en donde ya no basta con comentarios sobre imágenes en directo. No es fácil en la velocidad de un directo como este, pero hace falta mostrar más contextos de la carrera a través de la multipantalla a la que el espectador ya está habituado. Una multipantalla que te permite asistir en directo a las complejidades del recorrido al mismo tiempo que debe implicar al público a través del primer plano que implica mostrando las expresivas dificultades del deporte. Pero la rapidez de producción de la televisión de hoy propicia que las cadenas estén más engatusadas por el vacío de la grandilocuencia del plano general.  Que enseña mucho, pero no permite conectar con la sensibilidad que hace querer a los protagonistas.

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