Miriam Alba, víctima de un pinchazo en una discoteca: "Sentí como una vacuna profunda"

Detalle del pinchazo.
Detalle del pinchazo.
CEDIDA O M. A.
Detalle del pinchazo.

Miriam Alba tiene 20 años, es de Barcelona, y el pasado 27 de julio estaba con sus amigas en la discoteca Arena Classic de la Ciudad Condal cuando en un momento dado notó  "un pinchazo" en la pierna izquierda. 

"Sentí como una vacuna profunda" explica por teléfono a 20minutos

Lo primero que hizo fue decírselo a la amiga que tenía más cerca, quien le contestó que seguramente no era nada, que le habrían rozado con algo. Pero insistió: "Era imposible, había sido muy fuerte. Me miré la pierna y vi el puntito de sangre que aparece cuando te pinchan", explica.

El de Miriam Alba es uno de los casos de mujeres, medio centenar, que desde finales de julio han denunciado pinchazos de presunta sumisión química. El suyo es un relato que casa con la introducción de sustancias en el organismo, pero todavía no tiene los resultados de las analíticas que, por otro lado, tuvo que hacerse a posteriori y en sucesivas visitas al hospital ante la falta de un protocolo establecido.

El testimonio de Miriam Alba, víctima de la sumisión química

La joven cuenta que había recibido en días previos información sobre los "pinchazos" en grupos de Whatsapp: "Mi cabeza hizo clic, esto está pasando y me acaban de pinchar". Acto seguido acudió al vigilante de la puerta quien al ver la marca evidente del pinchazo la sentó en un sofá y le dijo que llamaba de inmediato a los Mossos y a una ambulancia.

"Me caí como un peso muerto del sofá. No podían sostenerme. Y a todo lo que me dijesen, decía que sí. No tenía voluntad"

"Menos mal que iba acompañada de mis amigas. En ese momento aún estaba bien, no notaba efectos o síntoma, pero a los 10 minutos, aproximadamente (eso me dicen mis amigas) me desmayé por completo y estaba muy mareada, semiinconsciente, tenía la visión borrosa, algo raro de explicar. Me caí como un peso muerto del sofá. No podían sostenerme. Y a todo lo que me dijesen, decía que sí. No tenía voluntad", refiere.

Los Mossos pidieron ver la cámaras de seguridad del establecimiento, con tan mala suerte que no enfocaban a la zona de la pista y la barra en la que Miriam Alba sufrió la agresión.  

Cuando llegó la ambulancia, llevaron a la joven al Hospital Clinic de Barcelona. Había mucha gente esa noche en Urgencias. Le tomaron la tensión y le hicieron un electro. "Me sentía mareada y tenía fiebre", relata.

Sin analíticas por falta de protocolo

La joven recuerda que le miraron la pierna y le dijeron "es un pinchazo de sumisión química", sin embargo no le hicieron pruebas, analíticas, de sustancias o de restos de enfermedades o infecciones fruto de la inyección. Dice que se excusaron en la falta de un protocolo establecido. 

Miriam Alba compartió su caso en redes sociales y ha recibido numerosos mensajes de trabajadores del Clinic que no entienden por qué no le hicieron pruebas y que se ofrecían voluntariamente a hacérselas.

Cuenta esta joven que el efecto de lo que le inocularon pudo durar de dos a tres horas y que, cuando mejoró, se fue a casa. Serían las seis de la madrugada. Tras dormir hasta las 9 acudió a su médico privado para hacerse una analítica. "Me preocupa si me han transmitido alguna  enfermedad. Sigo a la espera de resultados, que además no serán definitivos y que me tendrán que repetir, porque puede dar la cara una infección hasta una semana después", lamenta.

"Que nadie se quede solo porque yo habría hecho todo lo que me hubieran dicho"

En redes sociales, médicos y policías le explicaron una vez hizo público su caso que existe un tratamiento profiláctico para prevenir infección de VIH (la PrEP). Y el domingo esta joven acudió al Hospital Vall d´Hebron para informarse. Se quedaron, cuenta, sorprendidas de que no le hubieran dado el tratamiento que tendrá que tomar "al menos dos o tres semanas". 

"Estoy débil, este tratamiento es fuerte", explica sobre cómo se siente. Desde su terrible experiencia pide a los jóvenes que no se queden solos de fiesta. "Es importante estar acompañado y, si alguien desaparece, buscarle", recomienda de cara a las fiestas, festivales y discotecas, lugares donde se están denunciando los pinchazos. "Que nadie se quede solo porque yo habría hecho todo lo que me hubieran dicho", recuerda.

La denuncia de Miriam Alba figura en la estadística de los Mossos. Ella no cree que prospere, pero le han dicho que "están siendo muchas" y que "si surge alguna evidencia o sospechoso" la llamarán. Ahora, solo le queda confiar en que sus analíticas confirmen que no sufre ninguna infección. 

Cataluña suma 23 denuncias

Cataluña suma ya 23 víctimas de pinchazos, la mayoría de ellas chicas en zonas de ocio nocturno en Lloret de Mar (Girona) y Barcelona, sin que por el momento ninguna de ellas haya sufrido con posterioridad una violación o un robo, y sin que se haya determinado si han sido drogadas ni con qué sustancia. 

Según han informado a Efe fuentes policiales, de las 23 víctimas que han denunciado en Cataluña, desde el pasado 11 de julio, 22 son chicas y una es un chico, que sufrieron un pinchazo -en un caso fue una tentativa- en discotecas o zonas de ocio nocturno en Lloret de Mar (Girona), Barcelona y en otras dos poblaciones turísticas. La policía autonómica tiene abiertos por el momento un total de 21 atestados, ya que algunas de las víctimas han denunciado de forma conjunta porque iban juntas.

A raíz de casos como el de Miriam Alba, la Generalitat ha actualizado los protocolos de actuación sobre esta problemática, con indicaciones de cómo actuar y mensajes clave para los diferentes colectivos. Los protocolos de la Generalitat prevén que una vez la víctima es atendida por los servicios sanitarios se le deberá hacer un análisis toxicológico cuanto antes y se tendrá que valorar la activación del protocolo de profilaxis posexposición a VIH. 

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