Isabel II tiene una nueva gran preocupación: el referéndum de Escocia

Ya no es tan alegre desde que no está el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, pero el día 21 de abril es una fecha importantísima para la familia real británica y, sobre todo, para Isabel II, dado que este jueves cumple 96 años.
La reina Isabel II.
GTRES
Ya no es tan alegre desde que no está el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, pero el día 21 de abril es una fecha importantísima para la familia real británica y, sobre todo, para Isabel II, dado que este jueves cumple 96 años.

Precisamente la semana pasada Isabel II, después del Jubileo de Platino, viajaba en tren hasta Edimburgo para la Semana de Holyrood, donde tenían lugar toda clase de festejos, empezando por la clásica Ceremony of the Keys, a pesar de que desde Buckingham Palace están intentando que ya casi cualquier evento cuente con la representación de la familia real británica mediante otro miembro. Porque, además, parece que de un tiempo a esta parte todo son preocupaciones para La Firma.

El último proviene precisamente de Escocia. Después de que Barbados fuese la primera de las colonias que en 2021 comenzó a ser una república independiente, las cargas sobre los hombros de una cada vez más débil soberana son demasiado pesadas: le ha seguido Jamaica, que ya ha comenzado el proceso para que quien quiera que se siente en el trono inglés no sea su Jefe de Estado.

No sirviendo de mucho tampoco la visita del príncipe Guillermo y Kate Middleton, que vieron con enorme desasosiego cómo Jamaica podría no ser el único de los países allende los mares que abandonase la Commonwealth. Lo que extraña aún más es que haya sido Escocia, con la que tanta relación ha tenido la monarca, en parte porque su marido era Duque de Edimburgo, la siguiente en ponerle fecha a una votación sobre su independencia.

El país irá a las urnas en un referéndum programado para el 19 de octubre de 2023. Esta nueva votación llega en mitad de un exangüe gobierno de Boris Johnson, debido a muy diversas polémicas, y tras la que se produjo en 2014, que se saldó con un 55% de los votos proclamando el "No" a la independencia.

De hecho, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, se reunió con Isabel II como señal de respeto después de que se anunciase la noticia, que no solo ha dejado preocupada a la soberana por su amor por dicho territorio, sino por el legado cada vez más frágil al que hará frente su hijo, Carlos de Inglaterra, al que pocos consideran alguien tan de consenso como para ejercer ese papel de cohesión que tiene su madre.

Existe la posibilidad, eso sí, de que, incluso si Escocia consigue desvincularse de Reino Unido y pasa a ser un estado independiente, el trono británico siga reinando sobre el territorio y quien lo ocupe sea Jefe del Estado de Escocia como ha ocurrido hasta ahora.

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