Yolanda Domínguez de Amigos CIPA Madrid: "La gente adopta en base a criterios de belleza en la que los ancianos no se encuadran"

Cujo junto a Selene, una de las voluntarias de la protectora, el día que fue adoptado teniendo 14 años y tras pasar casi toda su vida en la protectora.
Cujo junto a Selene, una de las voluntarias de la protectora, el día que fue adoptado teniendo 14 años y tras pasar casi toda su vida en la protectora.
AMIGOS CIPA
Cujo junto a Selene, una de las voluntarias de la protectora, el día que fue adoptado teniendo 14 años y tras pasar casi toda su vida en la protectora.

Son muchos los voluntarios, protectoras y los refugios que trabajan día a día por sacar de la calle a miles de animales abandonados y por buscarle un hogar a aquellos peludos que lo necesitan y Amigos CIPA Madrid es una de ellas. 

La asociación ha recibido este año el Premio a la Protectora de Animales más comprometida, otorgado por Kiwoko Mundo Animal, por "la actividad desempeñada durante los últimos años y su mantenido compromiso, no sólo con el mundo animal, sino también con las otras asociaciones y entidades con las que colabora a diario", según la compañía.

La labor de Amigos CIPA Madrid es ayudar a los animales que se encuentran en situación de maltrato o abandono, buscando un nuevo hogar para ellos y permitiendo así que mejore su calidad de vida en el seno de una nueva familia. "Sentimos una gratitud infinita hacia Kiwoko por otorgarnos el premio. El trabajo que realizamos, aún haciéndolo con todo el amor del mundo, raramente es reconocido por alguien distinto de aquellos que tienen cuatro patas", agradece Yolanda Domínguez, presidenta de la protectora.

"Estamos funcionando desde 2015, aunque todos los socios y fundadores ya desarrollábamos tareas de protección animal, bien para otras asociaciones o de forma individual como voluntariados o siendo casas de acogida", explica Domínguez. "Gracias a esta inquietud común, todos nos conocíamos previamente y decidimos dar un paso más y fundar la asociación, con el objetivo de aunar esfuerzos y aportar una ayuda más eficiente a los animales más necesitados".

Adultos, grandes y enfermos, los animales "invisibles"

Amigos CIPA Madrid se encarga principalmente de rescatar y buscar hogar a perros y gatos, aunque en ocasiones también han tenido conejos, hurones, ratas, pájaros y cobayas. "No tenemos mucha experiencia en exóticos y, por ello contamos con unas asociaciones especializadas y maravillosas que nos ayudan y responden a todas nuestras dudas sobre el cuidado óptimo de las diferentes especies", cuenta la presidenta de la protectora.

"Acogemos a menos animales de los que nos gustaría porque son muchos los animales que necesitan nuestra ayuda", reconoce. "Nuestra asociación no se caracteriza por tener un elevado número de adopciones ya que nos centramos sobre todo en buscar familia a los animales denominados invisibles: ancianos, los mal llamados Perros Potencialmente Peligrosos (PPP), los que están enfermos... Son animales que atraen menos la atención de los potenciales adoptantes y que, sin embargo, necesitan una ayuda más urgente por estar en situación especialmente vulnerable".

"Si mirásemos más con el corazón que con la vista, la gente adoptaría más perros y gatos adultos o enfermos"

La experiencia lleva a la presidenta de la protectora a afirmar que este tipo de perros ocupan el 90 por ciento de las perreras en España. "En cuanto a colores también existen ciertas preferencias: en perros, los de color negro o barcinos son los menos adoptados; igual que ocurre con los gatos, que existe una menor preferencia hacia el color negro o carey", asegura.

"Todos estos animales son los que más ayuda necesitan y nosotros los llamamos los 'invisibles' porque no cuentan con la preferencia de los potenciales adoptantes. Son la mayoría de los casos que gestionamos", añade Domínguez.

La presidenta de Amigos CIPA Madrid considera que esto es así porque "la gente adopta un animal para cubrir una necesidad propia, no para cubrir la de ese animal y los buscan atendiendo a criterios de moda o de una belleza estándar en la que 'nuestros invisibles' no se encuadran".

"Si mirásemos más con el corazón que con la vista, estoy segura de que esto cambiaría. Es un proceso y requiere tiempo y concienciación pero, una vez que ves al animalito como lo que es, o lo que te hace sentir, te sientes mucho más vinculado a ellos", defiende.

La pandemia, "un ahogo financiero"

Está claro que a nadie le ha hizo bien la pandemia y los confinamientos pero, especialmente para las protectoras y los refugios de animales, fue un trabajo muy duro. "En nuestro caso, fue un ahogo financiero tremendo", relata Domínguez. "No podíamos realizar ninguna actividad con las que conseguir ingresos y las donaciones de particulares (nuestra principal fuente de ingresos), cayeron debido a la situación laboral de las personas. Todo esto unido a que el número de animales que teníamos eran los mismos de siempre, por lo que los gastos eran los mismos".

"Nos angustiaba muchísimo saber si nuestros animales continuarían bien, si tendríamos suficientes recursos para alimentarles durante el tiempo que durase la pandemia o si conseguiríamos adoptantes para algunos", añade. "Lo único bueno que nos trajo la pandemia fue que, como la mayoría de nosotros teletrabajábamos, podíamos dar biberones y atender con mayor dedicación a las muchas camadas de lactantes que nos llegaron", concluye.

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