El Gobierno lo disfrazará con cifras o previsiones de sus expertos oráculos, pero la realidad es la que es: se impulsó un paquete de medidas para bajar el precio de la gasolina y, unas semanas después, darle caldo al coche es una ruina. Y alardearon de la excepción ibérica para rebajar el precio de la electricidad y, en sus tres primeros días en marcha, seguimos a dos velas pagando un pastizal por darle al interruptor. ¿Su respuesta? Es que hace mucho calor. Y se nos queda cara de tontos.
OPINIÓN17.06.2022 - 06:53h
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