Tranquilidad, paseos, terreno neutral... Consejos para presentar de forma correcta a dos perros que no se conocen

Dos perros en el campo.
Dos perros en el campo.
M.T.
Dos perros en el campo.

Son sociables y buenos amigos por naturaleza pero cuando dos perros que no se conocen de nada se encuentran por primera vez es importante hacer las presentaciones de la mejor forma posible para que esta primera impresión sea positiva.

Un factor importantísimo para que todo este proceso funcione correctamente empieza desde el mismo momento en que el cachorro llega a casa. Es decir, si el periodo de socialización del can - que se inicia desde las tres semanas de edad hasta aproximadamente los tres meses- se hace de forma correcta es casi completamente seguro que se convertirá en un perro sin problemas para relacionarse con sus semejantes. Sin embargo, si durante esa etapa no lo socializamos correctamente con todo tipo de perros, animales, personas y entornos es probable que en la etapa adulta manifieste problemas de comportamiento como miedo, timidez o agresividad.

Pero quedémonos con el primero de los casos, si un perro ha socializado correctamente durante su etapa de cachorro, ¿qué hay que hacer y qué hay que evitar cuando le presentamos a otro perro por primera vez? 

Lo primero sería elegir un lugar ‘neutral’ para hacer las presentaciones. Esto es conveniente porque algunos perros demuestran un comportamiento territorial en casa, así que para que se encuentren en igualdad de condiciones es preferible decantarse por un espacio desconocido para ambos.

Antes de hacer las presentaciones, los expertos en comportamiento canino recomiendan romper el fuego con un paseo. Es importante que los perros se sientan libres para olfatear, distraerse, hacer sus necesidades... En definitiva, dejarles que disfruten del momento sin apenas intervenciones humanas. Nuestra misión es estar relajados y observar desde un segundo plano.

Durante ese paseo y una vez transcurridos los primeros minutos podemos dar paso a la primera presentación. En este momento es realmente prioritario para lograr el éxito estar pendiente del lenguaje corporal de nuestras mascotas. Si se observa cualquier tipo de señal ofensiva por parte del perro como el pelo erizado, las orejas hacia delante o la cola alta y tiesa en estado de alerta, hay que evitar a toda costa cualquier tipo de presentación. Lo ideal es seguir paseando e intentarlo en un momento posterior.

Si por el contrario, lo que observamos son dos perros calmados, posturas corporales relajadas y ganas de jugar podemos dejar que los perros se acerquen e interactúen.

 Como ya hemos comentado lo ideal es que los cuidadores permanezcan en un segundo plano, tranquilos y sin crear interferencias para facilitar la “conversación” entre ambos canes. Hay que evitar entrometerse y realizar gestos como caricias o darles algún premio para que no pierdan la concentración entre ellos. Un refuerzo positivo es dejar que los perros se huelan sus partes íntimas ya que estas segregan feromonas y les sirve para identificarse entre ellos.

Si esta primera presentación funciona y va sobre ruedas, demos un paso más en pro de la futura amistad perruna: dejémosles un tiempo para que jueguen juntos. Hay que procurar que estén sueltos y que dispongan de un espacio amplio para interactuar, correr y disfrutar. Sigamos supervisando la situación pero siempre de la forma más discreta posible.

¿Y qué pasa si surge un conflicto o una pelea entre los perros? Lo fundamental es no estresarse para no estresarles. Permanezcamos en calma sin gritarles y desde esa posición tranquila pedirle al perro que se siente o tumbe. La mejor opción será aparcar el proceso y repetirlo al día siguiente o pasados unos días. Evitar siempre castigar al perro. Un castigo puede provocar que el perro lo asocie con el otro perro y, en el peor de los casos, que esa mala asociación se extienda a todos los perros.

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